jueves, 12 de octubre de 2006

Episodio XXXVI

Perdón por el retraso, pero 2º de Bachillerato quita tanto tiempo como decían los rumores. Bueno, todo sea por sacar una buena media, aunque dudo mucho que mantenga el 8'125 de 1º, pero lo intentaré con todas mis fuerzas ^^. Respecto al capítulo no comento nada, prefiero que lo leáis, también ha tardado tanto porque depende de este episodio la historia tomaba un camino u otro, y espero haber tomado la decisión correcta, bueno, se verá con el tiempo. A leer!!!

Número de ep: 36
Título: N / A
Tamaño: 10'2
Dedicado a: N / A

Episodio XXXVI

E

mpezaba a caer la tarde, una brisa fría comenzaba a correr de intermitente levantando una fina nube de polvo y arena. El yermo donde se encontraban los caballeros mostraba su lado más terrible.

"Habéis perdido el tiempo rescatando un cadáver" dijo Mesa convencido.

Peter se aproximó al inmóvil cuerpo de Suso y se dispuso a examinarlo. Palpó varias partes de su cuerpo, analizó la gravedad de las heridas y comprobó sus funciones vitales.

"Aún está vivo - confirmó Peter - pero está muy grave. su pulso es muy débil y sus heridas no han dejado de sangrar".

"Pues llévatelo a un lugar seguro- dijo Reik encendiendo un cigarro - aquí sólo conseguirá morir. Además, es un tío muy orgulloso, si se entera de que le hemos salvado no nos perdonará, lo mejor es que esté lejos".

"Eso es - dijo Fidel desenvainando su espada - mientras nosotros acabaremos con él".

"Me temo que no. - sentenció Mesa - ya he perdido demasiado tiempo en esta ciudad. Acabaré con vosotros en un abrir y cerrar de ojos" dijo y al instante se lanzó contra los caballeros.

Avanzando a gran velocidad llegó hasta Gabriel y antes de que éste se diera cuenta le clavó el puño en el estómago con tanta fuerza que detuvo la respiración del caballero durante unos segundos. Inmediatamente, le levantó con dos dedos agarrándole de la barbilla y le lanzó contra una montaña rocosa que había cerca, la cual se derrumbó con el impacto enterrando al caballero entre sus restos. Tras esta ofensiva, Arturo y Jonyo se lanzaron contra él seguidos de Reik. Mesa se giró y vio a ambos sobre él, con la espada apuntando hacia abajo. Realizaron una estocada directa al pecho de su adversario, quien la evitó echándose levemente hacia atrás. Las dos espadas se clavaron en la tierra dejando a los caballeros desprotegidos por un instante. Mesa agarró a cada uno con una mano por la cabeza, saltó con ellos agarrados y en el aire chocó sus cabezas entre sí. Sin soltarlos, descendió hasta tierra a toda velocidad estrellándoles contra el suelo quedando sus cabezas totalmente enterradas en la tierra. Después de aquello se quedaron inmóviles, Mesa les soltó y se sacudió las manos para limpiarse la tierra con una expresión de satisfacción en la cara.

"Ha sido fácil" dijo él.

Aprovechando el revuelo, Peter cogió el cuerpo de Suso y se lo llevó detrás de una montaña rocosa que había cerca.

"Cuento con vosotros" le dijo a Fidel al irse.

"No te preocupes, eso está hecho".

"Sé que no puedo luchar a vuestro lado, caballeros - pensó Peter - pero haré lo que esté en mi mano por ayudar".

Reik apareció avanzando de frente hacia Mesa, con la espada recogida pero desenvainada y echando el humo del cigarro por la nariz.

"Ya viene el siguiente, que suicida, atacando de frente" dijo Mesa.

"¡Ahora!" se escuchó desde abajo.

Arturo y Jonyo sacaron sus cabezas de dentro de la tierra y se abrazaron a las piernas de Mesa con todas sus fuerzas impidiéndole moverse.

"¿Qué hacéis vosotros?"

"Adiós, Mesa" dijo Reik y se dispuso a atacarle con la espada.

"Tú lo has dicho, adiós".

Alzó la pierna que le estaba sujetando Jonyo llevándoselo consigo y golpeó a Reik con el cuerpo del caballero del rayo. Jonyo se soltó con el impacto y cayó al suelo retorciéndose. Libre de uno, volvió a golpear a Reik, esta vez con el cuerpo del caballero del fuego, que corrió la misma suerte que su compañero. Estando ya libre de ambos, se centró en el caballero del hielo, al que aún tenía en frente, quejándose por los golpes.

"Tienes que medir más tus palabras".

"Si no hablo no tendré palabras que medir, ¿verdad?" contestó Reik y le echó el humo del cigarro en la cara.

"Cada cigarro que fumas son cinco minutos menos de vida. Te ayudaré a dejar esta mala costumbre".

Cogió el cigarro que el caballero tenía en la boca y se lo apagó entre las cejas. Reik gritó en el momento en que la ceniza penetraba a través de sus poros y un hilo de humo apareció acompañado del sonido del cigarro al apagarse. Inmediatamente, le dio un codazo en la cabeza haciéndole caer al suelo y fue tranquilamente hasta donde se encontraba Fidel.

Quedas tú".

"No te haré esperar" contestó y se lanzó contra él.

Fidel comenzó a atacar sin cesar mientras que Mesa encajaba todos sus golpes con un sólo brazo.

"¿Y tú eres el que quiere vencerme? - preguntó con una risa irónica - Pero si no eres capaz de obligarme a defenderme en condiciones".

Gabriel, Jonyo, Arturo y Reik se levantaron lentamente y vieron como Mesa jugaba con Fidel a su antojo. Sin perder un segundo, regresaron al combate.

"No hemos derrotado a Jezabel para dejarnos humillar por ti ahora" pensó Gabriel mientras avanzaba.

"Jugar con uno de nosotros de esa forma es lo mismo que atravesarnos el corazón lentamente y retorciéndolo -pensó Jonyo avanzando -¡no te lo vamos a permitir!"

"Has apagado mi cigarro, ¡y además en mí! - pensó Reik - Eso es lo último que se le hace al caballero del hielo".

"Por más que lo intentamos siempre ocurre lo mismo, nos ha costado mucho derrotar a la teniente, y dijo que era la más débil, suponiendo que Mesa no sea el más fuerte, ¿cómo debe ser el restante? Me aterro sólo de imaginármelo" pensó Arturo.

Mesa se percató de que los caballeros se aproximaban a la vez que seguía bloqueando los ataques de Fidel.

"¡Fuera de aquí! ¡Nadie os ha llamado! ¡Esto es entre él y yo y no tenéis ningún derecho a intervenir!" exclamó enfadado.

Golpeó a Fidel en la nariz provocándole una hemorragia interna que lo aturdió durante unos segundos, después le agarró por el cuello de la camisa y liberó su energía creando una onda expansiva que rechazó el avance de los caballeros y los envió por donde habían venido, excepto a Fidel, a quien mantenía sujeto.

Arturo cayó al suelo, Reik se estrelló contra unos matorrales, Jonyo frenó su retroceso agarrándose a una pequeña roca y Gabriel se cubrió, haciendo más leve su impacto contra la superficie.

"Bien, ya no nos molesta nadie - dijo Mesa mirando alrededor - ahora prosigue con tu venganza".

Fidel aún no se había recuperado del golpe anterior, tosió y un chorro de sangre salió por su boca, manchando todo el antebrazo de su opresor.

"Has manchado mi traje, eres el segundo que lo hace hoy. Estáis empezando a cabrearme".

Peter estaba curando a Suso detrás de una montaña rocosa a la vez que escuchaba el revuelo de la batalla.

"Está peor de lo que pensaba, tuvo suerte de que llegáramos a tiempo, unos minutos más y no habría podido contarlo. Tengo que darme prisa - pensaba Peter mientras veía cicatrizar las heridas de su paciente - si Mesa se da cuenta de que les estoy curando yo, seré el primero en morir".

Ofendido por la mancha en su traje, Mesa continuó golpeando al caballero de la tierra a su antojo.

"Así aprenderás a no manchar la ropa ajena, ¿no sabes que la sangre sale muy mal en la ropa? - preguntó a la vez que le golpeaba - ¿Qué te pasa? ¿No lo recuerdas? Yo maté a tu compañera, le partí el cuello delante vuestra sin que pudierais hacer nada, tenía entendido que eso había hecho que me odiaras a muerte, pero veo que en el fondo te da igual".

Aquel comentario consiguió enfurecer completamente a Fidel, quien hasta entonces había estado cubriéndose como podía o sufriendo sin remedio los ataques de éste; sin embargo, escuchar aquello le hizo perder el control y lanzó un puñetazo hacia delante con los ojos cerrados y llorosos.

"¡Te refieres a Isabel, ¿verdad?! Verónica también murió por vuestra culpa, no te consiento que nombres a ninguna de ellas en vano, ¡muere!"

El puñetazo pilló desprevenido a Mesa, quien no se esperaba una reacción así y no fue capaz de evitar el golpe. Consiguió alcanzarle en el estómago y paralizarle por unos segundos. Cuando se dio cuenta de su hazaña, abrió los ojos y vio a su adversario inmóvil, mirándole seriamente.

"Lo he logrado, le he tocado. Isabel, Verónica, voy mejorando".

"Esperado que hayas disfrutado de este momento, pero tu serte acaba aquí".

Agarró por la cabeza al caballero y comenzó a volar arrastrándole y chocándole contra las rocas que había alrededor. Después de varios golpes volvió al cielo, Fidel estaba semiinconsciente y tenía fuertes heridas en el cráneo, la sangre fluía a través de su pelo, caía por su cabeza, se deslizaba por el brazo de su adversario y de nuevo manchaba su traje.

"Definitivamente, voy a tener que comprarme un traje nuevo".

Arturo se levantó, estaba cansado y los golpes de la batalla le dolían al avanzar. miró hacia arriba y vio a Mesa sujetando a Fidel por la cabeza mientras éste sangraba. Escuchó un ruido, miró a su alrededor, Reik estaba saliendo de los matorrales, también aparecieron Gabriel y Jonyo. Los tres se lanzaron rápidamente al combate, Arturo se quedó de pie, observando.

"Tenemos que acabar con él sea como sea" pensó Jonyo.

"Parece que vienen otra vez" dijo Mesa al sentir sus energías acercarse.

Soltó la cabeza de Fidel y le agarró por la pierna, le balanceó un par de veces y seguidamente le lanzó contra Gabriel. Ambos cuerpos impactaron y se precipitaron contra el suelo, cayendo en frente de Arturo, que continuaba observando sin hacer nada".

"Todos están dando lo mejor de sí mismos, a pesar de nuestro notable fracaso".

Jonyo alzó su espada al cielo, varias nubes aparecieron sobre él, un rayó emergió de ellas cargando la espada de electricidad. Reik recubrió su espada de hielo prolongando así su hoja y creando una nueva del doble de tamaño.

"Interesante" dijo Mesa al ver aquellas transformaciones.

Jonyo y Reik avanzaban uno por cada lado. El caballero del rayo atravesó a Mesa con su espada añadiéndole también una descarga eléctrica y el caballero del hielo le asestó un espadazo horizontal que lo cortó por la mitad que además congeló las partes cortadas. Después de ambos ataques, Mesa se desvaneció.

"¡Una ilusión! - exclamó Reik - ¡Nos ha engañado!"

"Estoy aquí".

Mesa apareció detrás de los caballeros, los agarró e hizo chocar sus cuerpos. las dos espadas entraron en contacto, la espada de hielo condujo la electricidad de la espada eléctrica electrocutando a ambos caballeros hasta que se desmayaron momentáneamente. Mesa lanzó sus cuerpos junto a los de Fidel y Gabriel, que estaban frente a Arturo, el cual se encontró de pronto los cuerpos inmóviles de sus compañeros delante de sus narices.

"Todos han sido derrotados - susurró Arturo viendo como Mesa se le acercaba - y yo no soy más poderoso que ellos. Por lo tanto, también seré derrotado y una vez me derrote, todo habrá terminado".

Fidel escuchó sus palabras, intentó levantarse sin éxito, la gravedad de los golpes que le había causado su oponente le impedían hacerlo. La sangre bañaba su cabeza, cubría uno de sus ojos, tiñendo su mirada de rojo, le costaba respirar y no sentía su propio cuerpo. Aún así, consiguió poder hablar.

"Arturo - murmuró Fidel con esfuerzo - si pudiera levantarme ahora, te daría un puñetazo. Me siento avergonzado al escucharte decir esas palabras. Todos estamos luchando sin descanso y tú estás ahí sin hacer nada. En este momento no mereces ni ser llamado caballero. No quiero que sigas con nosotros. Huye si quieres, salva tu vida, al fin y al cabo, es lo único que nos queda a todos los caballeros, y tienes tanto derecho como nosotros a hacer con ella lo que quieras, así que vete, nadie necesita a un cobarde. Creía que eras de otra manera".

Una lágrima cayó al suelo, Arturo se agachó y le hizo un gesto cariñoso a Fidel.

"Perdóname, había perdido la fe, olvidé que lo más importante es confiar en uno mismo. Gracias por abrirme los ojos".

Mesa continuaba acercándose lentamente a la vez que calentaba las articulaciones de la muñeca, el codo y el hombro.

"Acaba con él" dijo Fidel sonriendo.

Arturo se levantó y afiló la mirada.

"Gracias de nuevo, amigo. - pensó - Gracias, por preocuparte por mí".

Una luz nació del bolsillo de Arturo, metió la mano y sacó el colgante de Eddy, que brillaba con fuerza.

"¿Qué?"

El colgante se introdujo dentro de Arturo haciendo que su cuerpo brillara completamente. Las raíces de su cabellos se tornaron de azul celeste, el cuerpo de los mismos se volvió de un naranja oscuro que fue degradándose volviéndose cada vez más claro hasta alcanzar un amarillo chillón en las puntas. Sus ojos se volvieron de color rojo y un aura dorada le rodeó por completo. Su energía no dejaba de crecer ante la estupefacta mirada del resto de caballeros y de Mesa.

"¿Qué esta ocurriendo?" pensó Jonyo.

Peter estaba terminando de curar a Suso cuando la luz llamó su atención, se asomó de donde estaba escondido y pudo ver el nuevo aspecto de Arturo.

"¡Sí! - pensó alegremente - Yo tenía razón, Suso no era el único capaz de adoptar esa forma, aunque la de Arturo sea ligeramente diferente, tiene mucho más poder. Seguramente dependa de cada persona. Si consiguiéramos dominar esta forma no tendríamos rival. te felicito, ahora eres Super Arturo".

Arturo miraba a Mesa con odio, el cual mantenía su optimismo y su sonrisa de superioridad.

"Aunque tengas esa pinta tan horrible, no me das ningún miedo".

Arturo no respondió, se quedó mirándole unos segundos, sonrió y al instante desapareció.

"¿Dónde está? - pensó Gabriel - No he podido seguir sus movimientos".

Todos miraban perplejos a su alrededor, un golpe se escuchó de repente, todos giraron la cabeza hacia el punto de donde venía el sonido; Arturo había estrellado su puño en la cara de Mesa, su golpe abarcó parte de la mejilla de su adversario, fracturando el hueso de la zona; también abarcó una de las lente de las gafas, la cual se rompió penetrando los trozos de cristal en el ojo y los alrededores. La onda expansiva del golpe provocó además que se agrietara la otra lente sin llegar a romperse.

"Le ha dado - pensó Fidel - por fin ha conseguido herirle pero, ¿entonces por qué estoy temblando?".

Arturo retiró el puño rápidamente y agarró la empuñadura de su espada, desenvainó y a la vez asestó un golpe diagonal a su adversario a través de todo su pecho. La corbata se partió por la mitad y la camisa y la chaqueta quedaron completamente rasgadas dando paso a un chorro de sangre que emergía desde el interior extendiéndose por momentos. Terminó el trabajo con una patada en medio de la herida que obligó a Mesa a agacharse a causa del dolor y a apoyar una rodilla y una mano en el suelo mientras veía como la sangre continuaba haciéndose paso. En un momento, el suelo a su alrededor estaba completamente teñido de rojo.

"Con tres simples golpes... - pensó Reik - Con tres golpes ha dejado fuera de combate a alguien que ni juntando la fuerza de Super Suso con la nuestra hemos podido derrotar".

"¿Cómo es posible? - pensaba Mesa semiarrodillado mirando a Arturo - Un mocoso como éste..."

"Todo se acabó para ti - aseveró Arturo - has llegado demasiado lejos. Es hora de pagues por la muerte de Isabel".

"Ya está, se acabó - pensó Fidel - será Arturo quien acabe con Mesa, yo no he podido hacer nada, estoy tumbado y herido como el resto, viendo como ocurre todo, al menos debería alegrarme por él, y por que se acaba ya esta pesadilla, pero no soy capaz".

Arturo extendió los brazos y comenzó a cargar una potente onda de energía en cada mano. Una vez hecho, juntó las palmas de sus manos y la onda dobló su tamaño.

"Adiós Mesa ¡God Breaker Cannon!"

En el momento en el que iba a lanzar su ataque las ondas de su mano se desvanecieron, su cuerpo regresó a la normalidad y el aura que lo recubría desapareció.

"¿Qué? - dijo Arturo sobresaltado - He vuelto a la normalidad".

El colgante salió de su cuerpo, estaba negro, oxidado y ya no emitía vibración ninguna. Arturo lo recibió en su mano y al posarse se desintegró lentamente.

"Se ha desvanecido" murmuró Arturo.

"Ahora sí que tenemos un problema - pensó Peter - ha debido ser demasiado para el colgante alimentar a dos personas en tan poco tiempo, hemos agotado sus reservas y se ha desintegrado".

Mesa captó el cambio en la situación y, con algo de esfuerzo, consiguió de nuevo ponerse en pie.

"Parece que todo ha acabado para vosotros, habéis disfrutado de un momento de éxito, aunque ha sido debido a la suerte, y depender de la suerte para triunfar es cosa de débiles. Confieso que he llegado a temer por mi vida por un instante y te doy mis más sinceras felicitaciones, aparte del Capitán Lardo, eres el único que ha conseguido ponerme contra las cuerdas, pero se acabó, aún me queda energía suficiente para acabar con todos vosotros, rezad lo que sepáis".

Mesa se dispuso a lanzarse cobre Arturo, el cual se quedó congelado de miedo.

"Todo esto para nada, perdonadme, Fidel, Isabel, Verónica" pensó y cerró los ojos.

Mantuvo los ojos cerrado durantes uno segundos y después, viendo que no ocurría nada, los abrió. Mesa estaba delante de él, quieto, y con una expresiónde dolor en su rosotro.

"¿Qué pasa ahora?" pensó Mesa.

Mesa sentía una sensación fría recorriéndole. La hoja de una espada estaba atravesando su espada de un extremo a otro. Su chaqueta también fue rasgada por detrás y bañada en sangre. Rápidamente se dio la vuelta y vio a su agresora.

"Eres... ¡tú!" exclamó Mesa sorprendido.

"¡Hola! - saludó la chica - Cuanto tiempo".

Los caballeros se encontraban confusos, no sabían lo que estaba pasando.

"¿Quién es esa chica? - pensó Peter - Parece que conoce a Mesa; sin embargo, ha sido ella quien le ha atacado.

"Es preciosa" dijo Gabriel.

"¿Qué haces aquí? - preguntó Mesa - Te daba por muerta".

"Hace falta más que un escupitajo para acabar conmigo".

Al escuchar eso, Peter salió de donde se escondía y se reunió con los caballeros.

"¡Ya sé quien eres!" exclamó señalándola.

"¿La conoces?" preguntó Arturo al verle llegar.

"No exactamente. Verás, ¿recordáis cuando informaron a Kevin delante nuestra de que se había encontrado el cuerpo de una joven muerto en la ciudad? Pues es ella. Lo he adivinado cuando ha dicho como la mató. Como recordaréis, el cuerpo de la joven no presentaba signos de haber sido atravesado por un arma de fuego ni por una onda de energía. Pues, esta mañana, después de separarme de vosotros cuando terminó mi combate, fui al hospital a curar las heridas de Suso, ya que le necesitaban consciente para interrogarle. En el camino me encontré con Kevin, que se dirigía a la plaza para combatir y me dijo que habían dejado el cuerpo de la joven en el depósito para hacerle la autopsia. Después del combate entre Reik y Norris fui a curarles a ambos y Kevin me trajo noticias frescas. Al parecer, cuando los forenses fueron a examinar el cuerpo, éste había desaparecido, y nadie había entrado ni salido de la sala mientras el cuerpo estuvo allí".

"Exacto, Peter - dijo ella - veo que aunque ayudas a los caballeros no descuidas tu posición de presidente de Petoria".

"¿Sabe mi nombre?"

"Y eso no es todo lo que sé, vosotros sois Arturo, caballero del fuego; Fidel, caballero de la tierra; Gabriel, caballero de la rosa; y Reik, caballero del hielo; pero, ¿dónde están Isabel del agua y Verónica del viento? Se suponía que estaríais todos juntos".

"Me temo que no sabes tanto como dices - dijo Fidel - Isabel y Verónica ya no se encuentran con nosotros, han fallecido. Me temo que tienes que actualizar un poco tu datos, están algo atrasados".

"Es una pena" dijo fríamente.

"Fuera de todo eso, ¿cómo sabes tantas cosas?" preguntó Arturo.

"Lo lamento, olvidé una norma básica de educación. Lo primero que hay que hacer es presentarse. Me llamo Mireia - dijo haciendo una leve reverencia - y soy la última persona entrenada por Shawn Stevenson. Domino todos los elementos que controláis vosotros por separado, es normal que no sepáis nada de mí, terminé mi entrenamiento hace poco".

"¿Ha dicho Shawn Stevenson? - preguntó Peter retóricamente - No sabía nada de que estaba entrenando a más personas".

"Es normal, Shawn no tiene que estar informándote de todos sus movimientos".

"Así que sigue vivo en algún lugar" dijo Arturo.

"Exacto, después de que tuviera que fuera exiliado de Petoria por vuestra culpa, Shawn llegó a mi isla natal, donde me encontró y entrenó. A decir verdad, tengo que daros las gracias, si no hubiera sido por vosotros, no se hubiera ido de Petoria y nunca nos habríamos encontrado".

Mesa observaba la conversación mientras ejercía presión sobre la herida de su pecho para reducir la sensación de dolor. Mireia le vio y sonrió.

"No sonrías tanto preciosa, me has pillado por sorpresa, en una situación normal te habría aplastado como aquella vez, ahora estoy en desventaja, por lo que no tengo más remedio que retirarme, pero no te preocupes porque esto no quedará así, me recuperaré y volveré para acabar con todos vosotros".

"Tú no vas a ninguna parte" dijo Mireia y se lanzó contra él.

"Disfrutad del poco tiempo de paz que os concedo, pues a mi regreso conoceréis el infierno" dijo Mesa llevándose los dedos índice y corazón a la frente.

Mireia atacó con su espada en el momento en que Mesa se desvaneció consiguiendo únicamente golpear al aire mientras su adversario desaparecía con una sonrisa malévola en la cara.

"Se ha escapado... Ahora que por fin lo tenía".

"Puede cambiar de lugar de forma instantánea - dijo Jonyo - por lo que escapará siempre que quiera".

"Vaya, no lo sabía".

"Una pregunta, - dijo Gabriel - ¿cómo conseguiste resucitar después de que te matara Mesa?".

"Siempre estuve viva, vine a Petoria siguiendo la pista de Mesa, cuando lo encontré hice un Kage Bushin1 de mí misma y le envié en mi lugar. Intenté sacarle información mediante mis encantos femeninos, pero el hombre resultó ser un témpano de hielo y terminó matando mi clon. No pude anular la técnica en ese momento porque sino se habría dado cuenta así que decidí esperar a que se alejara. Mi error fue que la Guardia Petoriana descubrió el cuerpo y no pude anularlo hasta que lo dejaron en el depósito".

"¿Enviaste un Bushin?" preguntó Jonyo.

"No, con el Bushin sólo haces una ilusión, esto era Kage Bushin, la más poderosa de todas las variantes de esta técnica. Además tiene otra ventaja, al estar hecha a partir de la sombra no deja ningún rastro como en el caso del Mizu Bushin o el Honoo Bushin".

"Una última duda - dijo Peter - Kevin me dio tu descripción y no se corresponde ligeramente a tu aspecto real".

"Me vi obligada a transformar un poco el clon, para evitar que Mesa me reconociera si tenía que andar por la ciudad. Aclarado todo esto, os dejo, tengo que irme".

"¿No vas a quedarte con nosotros? - preguntó Arturo - entonces, ¿para qué viniste?".

"Para comprobar el alcance de vuestra fuerza, está claro, ya que Shawn me habló muy bien de vosotros, pero veo que sólo eran exageraciones. En fin, hasta otra, nos volveremos a encontrar".

Se despidió con la mano y dejó caer una pequeña bola de metal, que al chocar contra el suelo desató una fuerte luz que cegó por unos segundos a los caballeros. Estuvieron unos segundos con los ojos cerrados y cuando pudieron ver de nuevo con claridad, Mireia ya no estaba.


"¿Una bomba de luz?" preguntó Reik.

"Sí, es muy fácil hacerlas - contestó Peter - sólo se requiere la combustión del magnesio".

"Se ha ido" murmuró Gabriel.

Arturo se tiró al suelo de cansancio y se quedó tumbado boca arriba.

"Se acabó" dijo al tumbarse y suspiró.


Kage Bushin = Clon de sombra



PD: Próximo ep, "Adiós, Petoria" final de saga ^^ con un invitado especial ^^