martes, 28 de agosto de 2012

Episodio CXLII


Todo principio tiene un final, y este es el principio del fin de Los Caballeros. Hoy comenzamos en volumen cinco y último. Me molaría que esto no fuese así y que simplemente fuese una nueva saga, pero sin gente ya sabéis que esto se hunde, y con todo esto me ha limitado mucho la historia. Me hubiera gustado que Mireia ganara alguno de sus combates, que todos los que ha hecho los ha perdido, y el que le queda... bueno... el que le queda digamos que ojalá sólo fuese a perderlo xD Que el Caballero Negro hubiese seguido absorbiendo los elementos oscuros poco a poco, a lo sumo uno en cada saga, y no como lo va a tener que hacer ahora... También me hubiera molado tener más gente para no tener que tirar tanto de personajes de volúmenes anteriores, que a mí me gusta que sigan saliendo, pero se ha notado perfectamente las veces que ese reciclaje estaba preparado y cuando ha sido algo forzado :/ Y por supuesto, también habría estado bien tener más sagas para hacer una evolución de los personajes más lenta y progresiva.

Pero bueno, aun queda todo el volumen cinco y ahí más cosas que contar. Por ejemplo, la peña es gilipollas, en serio... No se dan cuenta de lo que dejan por ahí en Intenet. Estoy haciendo la ronda de fotos para el Anexo de personajes de Tales of Los Caballeros, y bueno, vosotros vale, que tenéis el facebook de Los Caballeros en amigos, pero es que el resto... ¡me ha dado exactamente igual! La peña tiene mogollón de fotos en público y gente como Fidel, como Adri el de 4º o incluso la chavalilla esa que estaba tan buena del pasillo de enfrente que metí sin permiso, ¡todos! Todos tenían abiertas cosas suficientes como para pillar una foto medio decente xD Los dos o tres que no he podido pillarles foto no es porque las tuvieran privadas, sino porque no tenían foto de perfil (se entiende de los que tienen facebook). Hasta del Mesa podía pillar si quería pero las nuevas eran peores que la actual así que me he quedado con la misma xD En fin, un consejo, tened cuidado con lo que colgáis.

Y ahora es momento de hablar de lo que comenté en el pasado episodio, sobre la compensación. Quiero que si algún día alguno de estos que han dejado de leer y que volverán a hacerlo "un día de estos" si se les ocurre hacerlo, se arrepientan de por vida de no haberlo ido leyendo, por lo menos, volumen a volumen. No voy a publicar el último capítulo de Los Caballeros. No es que no lo vaya a hacer, simplemente no lo voy a colgar aquí para que cualquiera pueda leerlo, ni voy a incluirlo al final del volumen que empieza hoy. El último capítulo será un capítulo aparte que únicamente se facilitará a aquellas personas que, a la hora de publicarlo, estén al día con la historia. Sobre si esto vale la pena o no, sólo digo que mi otro blog, el de descargas, que cayó por el efecto MegaUpload, ha sido renombrado como Ese Gran Final, y allí analizo el final, y sólo el final de todos los videojuegos con modo historia que me paso. Es tan sólo una muestra de cuan importante es el final de las cosas y de que me voy a ocupar personalmente de que el final de Los Caballeros (que empecé en 2008) sea tan asquerosamente impresionante que quien no lo pueda leer se arrepienta de por vida xD

Como hacer esto sin avisar es una putada, voy a contarles esto a esas dos o tres personas que al menos dicen que leerán "cuando tengan tiempo" porque vamos, de aquí hasta que salga el último capítulo hay tiempo de sobra de leer todo si hace falta, (pero vamos que no va a servir de nada igualmente xD) El método de distribución exclusivo del último capítulo se desvelará más adelante, pues estoy dudando entre uno u otro en el caso de que alguno estos de verdad se ponga al día o no.

Un saludo y os dejo con el primer capitulo de la saga final de Los Caballeros! :) El siguiente antes del día 9 que empiezo la uni el 10.

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Episodio CXLII
A
l mismo tiempo que abría los ojos suavemente, el caballero de la tierra estiraba los brazos tras despertar de su pequeño letargo. Levantó el torso, bostezo, y entonces sintió algo en la cabeza y la espalda. Se llevó la mano hacia atrás y para su sorpresa, descubrió que estaba manchado de tierra. Algo no iba bien, y no iba a tardar en descubrirlo. Enseguida se dio cuenta de que no estaba en el mismo sitio que cuando cerró los ojos en el barco. Se encontraba en medio de la nada, en un páramo desierto sin más vida que una lagartija que correteaba entre las rocas. El sol pegaba fuerte, aunque de vez en cuando alguna nube lo cubría, dando unos minutos de respiro a los seres vivos que poblaban el lugar. Fidel estaba solo, desorientado, no recordaba cómo había llegado hasta ahí, hasta llegó a pensar que seguía soñando y se dio un pellizco en la mejilla, consiguiendo únicamente hacerse daño.

“Al fin te despiertas” le dijo una voz.

Fidel miró hacia arriba y una figura descendió del cielo y se posó frente a sus ojos. La figura de alguien que conocía muy bien, Arturo, el caballero del fuego.

“Tú…”

“Hola Fidel”.

“¿Qué hacemos aquí? ¿Qué ha pasado?”

“¿Qué es lo último que recuerdas?”

“Ummmm…” pensó Fidel, que hizo memoria para tratar de recordar los últimos acontecimientos.

>>Llevábamos varios días navegando sin descanso. Según Peter, ya estábamos muy cerca de Konoha. Vimos una isla a lo lejos, y pensé que quizás por fin habíamos llegado. Seguía sin fiarme de que me dejaras tranquilo tan fácilmente, así que quería salir lo antes posible para no dejarte tiempo para actuar. Además, en ese momento no estabas en la cubierta, tan sólo estábamos Reik, Peter y yo. Gabriel se había pasado toda la noche mirando las estrellas y ahora estaba durmiendo, Jonyo se había bajado a desayunar, el viejo estaba rezando, y tú… Tú no sé donde estabas, aunque tampoco me importa, la verdad.

>>“Es ahí, ¿verdad? – pregunté muy efusivo – ¡Ya hemos llegado!”

>>“Imposible” me aguó la fiesta Reik.

>>“Ya hablo el listo – le dije – ¿Y por qué no? Si puede saberse…”

>>“Por el mismo motivo que las otras cinco islas que hemos pasado ya – me contestó en muy mal tono – No se siente ni una pizca de energía procedente de la isla, ¿cómo va a ser ahí? Deja de preguntar cada vez que se vea algo en el horizonte, que cuando lleguemos, te enterarás enseguida, y no sólo tú, todos, a causa de la energía de Mesa y el resto”.

>>“Bueno vale pero tranquilito, ¿eh? Que ya no soy el mismo de antes. Ahora si me tengo que inflar a hostias con cualquiera de vosotros lo hago”.

>>“No hace falta que lo digas dos veces. Estoy deseando usar mi nueva técnica en alguien que no sea yo” me contestó, aunque nunca supe a qué se refería con eso último.

>>“Dejadlo ya los dos – nos detuvo Peter – Tenemos cosas más importantes por las que preocuparnos. Ya van cinco islas desiertas, ¿no es un poco raro?”

>>“No estaban desiertas – habló Reik – Recuerda que bajamos en la segunda a comprar comida porque ahora somos más que nunca y aquí nadie colabora… Pero eso es otra historia, el caso es acuérdate de que no estaban desiertas y pudimos comprar la comida que necesitábamos”.

>>“No la compramos, la robamos, Reik. No es lo mismo” se ve que a Peter eso le dolió, ni que no se hubiese llevado maletines cuando era Presidente, lo que hay que oír.

>>“Nosotros queríamos pagar, pero nadie los reclamó el dinero. No es culpa nuestra. Gente había”.

>>“Claro. Estaba clarísimo que el esqueleto del dependiente que había tirado en el suelo con la ropa puesta nos iba a sacar el ticket de compra, ¡y lo mismo en todas las tiendas que entramos! ¡Y por la calle! ¡Por toda la ciudad!”

>>“Pero tenemos la comida, que es lo que fuimos a buscar, ¿no? Y a un precio inigualable”.

>>“¿Es que no te importa lo que está pasando? Han arrasado cinco islas y han acabado con todos sus habitantes”.

>>“No había signos claros de violencia en la ciudad en la que nos bajamos. Ni edificios destruidos, ni ventanas rotas, ni escaparates destrozados. Ni siquiera un triste coche volcado o bichos en la comida. Todo estaba bien. La ciudad conservaba su iluminación, los semáforos funcionaban, los paneles publicitarios también, todo estaba bien salvo la gente, ¿por qué no puedes pensar que haya sido una epidemia?”

>>“Deja de vacilarle, Reik – Jonyo apareció, volvía de desayunar – Una epidemia causada por un virus habría acabado también con la comida, y desde luego, no habría hecho que los cuerpos se descompusieran tan rápido. Sólo recuerda lo que tú mismo has dicho. Todo estaba bien. La ciudad no estaba en ruinas ni sucia, y la ropa de la gente tampoco estaba andrajosa. Sea lo que sea lo que ha pasado, ha sido muy reciente, hace muy pocos días. A mí sólo se me ocurre una posibilidad”.

>>“¿Y cómo estáis tan seguros de que ésta en concreto está deshabitada? – pregunté inocentemente – ¿No podría ser que con el rollo ese del umbral mínimo no sintáis la energía de la gente y por eso lo pensáis?”

>>“¡Idiota! ¿Es que no has aprendido nada? – Me volvió a hablar Reik de mala manera – Con las ciudades se da el mismo efecto que con Konoha. Debido a la alta densidad de personas en un mismo lugar, sus energías, al ser de una intensidad similar, se mezclan y al percibirlo tienes la sensación de que hay un suave manto de energía cubriendo la zona”.

>>“Pero a todas las ciudades hasta ahora podíamos ir volando sin problemas”.

>>“Claro, porque aunque sea mucha gente, las energías son muy débiles y no nos causan problemas. Para que se diera el mismo efecto que en Konoha, tendría que haber varios millones de habitantes. Para que te hagas una idea, Petoria tenía más de tres millones y medio, pero seguía sin suponernos problema”.

>>“Bueno, creo que ya me he cansado de hablar – dije finalmente – Todos estos rollos de islas muertas me dan igual, yo sólo quiero llegar cuanto antes para matar a Mesa. Me voy a echar la siesta, despertadme cuando lleguemos”.

>>Nadie me dijo nada más. Había una hamaca en un extremo de la cubierta, la de arriba. No sé si era la de proa o la de popa, nunca supe cual era cada una. La de atrás, para que me entiendas. Me quedé mirando el cielo, pensando en mis cosas, mientras escuchaba el sonido de las olas del mar, y antes de que me diese cuenta ya me había dormido.

“Después, me desperté aquí”.

“Vale, sólo quería saber si recordabas algo más después de ese punto”.

“¿Por?”

“Verás… Fui yo quien te trajo aquí cuando estabas durmiendo”.

“¿Qué? ¿Pero de qué cojones vas, tío? ¿Me has secuestrado? ¿Dónde coño estamos?”

“Estamos en la isla que pasamos cuando te echabas la siesta. Como tardabas tanto en despertar fui a dar una vuelta por la zona. Al parecer, este lugar se llama Narshe. La ciudad está un poco más allá, al oeste de aquí, pero está igual que la que bajamos a comprar. Muerta”.

“Ya dije que me dan exactamente igual todas las islas, sólo quiero llegar a Konoha cuanto antes. Quiero irme de aquí, ¿dónde has escondido el barco?”

“El barco está allí – señaló con el dedo hacia el este – Y puedes irte cuando quieras”.

“Perfecto – Fidel tuvo que agudizar la vista para encontrar el barco, la playa era muy larga y estaban bastante lejos de ella – Pues hasta la vista, ¡y no se te ocurra volver a hacer algo así!”

“Espera, ¿no quieres saber por qué te he traído hasta aquí?”

“Ya lo sé, Arturo. Eres bastante predecible, ¿sabes? Y no me apetece que me des la charla otra vez. Ya te dejé claro que no vas a convencerme, así que adiós”.

“No quiero convencerte. Tan sólo quiero contarte la verdad”.

“¿La… verdad? – el caballero de la tierra decidió darle una oportunidad a su antiguo amigo – Está bien, habla”.

“Sé que crees que te he estado mintiendo durante todo este tiempo, porque te dije que si no te convencía perdía mis poderes, pero como te dejé en paz y me has visto seguir utilizándolos, piensas que todo fue un truco”.

“Suele pasar… ¿Algo más?”

“¡No te mentí! De verdad que si abandono la idea de hacerte cambiar de opinión, perderé mis poderes. Es sólo que ese día no cambié de opinión sobre el tema, sino sobre la manera de convencerte, y por eso estamos aquí”.

“Pues ya has visto que ahora tampoco te ha salido bien. Hala, me largo”.

“Esa noche fui a ver a Peter y me dio esto – sacó un cristal con una forma extraña, que emanaba una luz verde muy intensa – ¿sabes lo que es?”

“Ni lo sé ni me importa, te he dicho que me voy”.

“Has dicho que me escucharías, así que cumple tu palabra. Este tipo de artefacto de cristal se llama miryoku. Los hace Peter, y al parecer, se pueden meter técnicas dentro de ellos, que se liberan cuando rompes el cristal. Durante la batalla entre Kevin y los demás contra el Caballero Negro en Petoria, se salvaron de morir a manos del Getsuga Tenshou gracias a que tenían varios de estos cargados con energía curativa de Peter. Normalmente tienen forma esférica, pero este es especial, tiene dos técnicas en su interior, entonces es inestable y su forma es irregular. Peter lo hizo expresamente para mí”.

“Peter sólo sabe hacer dos técnicas, las barreritas esas que no sirven para nada, y lo de curar, ¿he acertado?”

“Casi. Es cierto que su base son esas dos técnicas, pero me estuvo explicando las diferencias entre los tipos de barreras que tiene, y resultó ser bastante más interesante de lo que parecía. Las barreras no cubren los dos lados, sólo uno, y el otro se puede atravesar. Entonces hay dos tipos, la normal y la inversa. La normal es la que le hemos visto utilizar habitualmente, cubre el lado exterior para que los ataques externos no puedan atravesar la barrera, pero el lado interior se puede atravesar perfectamente, para que se puedan lanzar ataques desde la retaguardia”.

“¿Te falta mucho? Me está volviendo a entrar sueño.

“Y luego está la inversa, que su mecanismo es al revés. Cubre por el lado interior, puedes atravesar la barrera desde fuera y entrar, pero lo que entra no puede salir. Se queda encerrado dentro hasta que se deshace la barrera. Parece una tontería, pero es muy útil a la hora de capturar prisioneros”.

“Ey, no querrás decir que…”

“Fidel… Convencerte no sirve de nada. Así que voy a detenerte con mis propias manos. Voy a luchar contra ti, voy a vencerte, y después te dejaré encerrado en la barrera inversa que hay dentro del miryoku”.

En ese momento, el caballero del fuego recordó su conversación con Peter de aquella noche en el barco, después de contarle sus intenciones.

>>“Ya veo… Así que estás dispuesto a llegar hasta ese punto… Pero, ¿cómo puedo ayudarte yo?”

>>“Cuando acabe el combate, seguramente Fidel tenga muchas heridas y esté inconsciente. No puedes curarle tú porque entonces se despertaría y habría que combatir otra vez. Necesito una manera en que pueda curarse sin que tú estés delante, para que podamos irnos mientras tanto”.

>>“Mmmm… Puedo hacerlo, no hay problema. Y además, puedo añadir una forma de retenerle hasta que esté curado por completo, ¿qué te parece?”

>>“¡Eso sería fantástico!”

>>“Vale, te explicaré en qué consiste, pero antes de eso, déjame hacerte una pregunta. ¿Estás absolutamente seguro de lo que haces?”

>>“Sí. Tengo que salvar a Fidel, no puedo dejar que acabe muriendo a manos de Mesa. Ya no sólo por mis poderes, también por mí y por él. Ya he visto morir a demasiada gente, y él es la persona más cercana que me queda. Así que lo haré, aunque me cueste mi amistad con él”.

>>“¿Y si pierdes?”

>>“No perderé”.

El dolor del caballero del fuego podía verse en su mirada, ahora apagada al verse obligado a tener que enfrentarse a su mejor amigo. Cerró los ojos un instante para contener las lágrimas, y continuó su explicación.

“Sólo Peter y yo sabíamos mi plan. Cuando te dormiste, reuní a todos en el barco y se lo expliqué al resto. Todos accedieron a ayudarme, y ahora mismo esperan en el barco, jurando que cumplirían la única orden que les di”.

“¿Una orden? ¿Te crees que eres el jefe o qué pasa?”

“La orden que les di fue al siguiente. Debían esperar en el barco a que hubiera un ganador del combate sin intervenir de ningún modo, y el perdedor sería abandonado a su suerte en esta isla”.

“¡¿Abandonado?!”

“¡Vamos, Fidel! ¡Enfréntate a mí! Si me vences, quedará claro que estás en condiciones de vencer a Mesa tú solo. Pero si pierdes, te quedarás encerrado en esta isla hasta que todo acabe. Da igual cuanto tiempo tardes en recuperarte o que intentes huir, sabes que será imposible que llegues a Konoha volando”.

Aquellas revelaciones no sorprendieron demasiado al caballero de la tierra, que se limitó a sonreír en tono sarcástico.

“Así que al final resulta que no eres un mentiroso. Tan sólo eres un flipao con complejo de Dios que se cree que puede decidir por los demás. Pues vale, ¡como quieras! ¡Libraremos un combate! ¡Que ya te tenía ganas! ¡Te aplastaré y demostraré mi superioridad ante todos! Y después… Mesa caerá por fin. Has dicho que no queda nadie en la isla, así que será mejor que no te contengas, porque yo no lo haré”.


Curiosidades!!!


Los miryoku son homenaje a los Dial de One Piece de la isla de Skypiea, en los que se pueden guardar diferentes ataques o efectos, pero no cosas.

El miryoku irregular con forma no esférica que aparece en este capítulo es homenaje a los artefactos de Final Fantasy XIII-2, que sirven para desbloquear nuevas áreas.


Narshe es el pueblo donde comienza Final Fantasy VI

martes, 14 de agosto de 2012

Episodio CXLI

Al fin llegamos!!! Final de temporada!!! Creía que no se acabaría nunca, pero todo llega en esta vida y los finales son parte de ella. No voy a sacar el volumen hasta septiembre, pues el sitoi más barato para imprimirlo son las papelerías alrededor de la universidad, pero no por eso voy a dejar esto parado. Los episodios 142 y 143 saldrán en estas siguientes dos semanas, ya el 144 no, que es el especial aniversario y habrá que dedicarle más tiempo, pero el plan es que el 143 está publicado antes de que empiece al uni. Mientras tanto, tendré que maquetar el volumen, corregir un par de cosas en el 120 y 122, rehacer la lista de personajes, etc... Así que si alguien quiere una foto en especial para que salga en el apéndice, puede mandarmela por correo hasta el día 2 de Septiembre, y si os da igual, pues cojo una del facebook, que para algo hice uno oficial de Los Caballeros.
Y otra cosa más importante. Nos acercamos al final, empezamos el último volumen, ya son ocho años aquí, es mucho tiempo, muchas páginas y toca dar las gracias a los que a pesar de todo siguen aquí conmigo siguiendo als aventuras de los caballeros, y de sí mismos claro jaja Así que tengo pensada una compensación para estas personas que será anunciada en el siguiente episodio, el primero del último volumen.
Poco más, hoy también son las cuatro de la mañana, pero como he terminado el volumen me pilláis contento y he escaenado los artworks, podéis dejar vuestras impresiones con un comentario, y esa persona que me ha comentado que no puede comentar, puede mandarme un mail para transmitirme sus impresiones ;) Recordad, no son ningún personaje, solo son dibujos para enseñarme como dibuja para ver si la cojo (click en la imagen para ampliar).

Este se supone que soy, por cortesía de la dibujante.

Este es espantoso

Este, aparte de espantoso, está deforme

Esto es un intento de alguno de vosotros, o en lo que podríais llegar a convertiros jaja, lo que no sé es por qué lo firma con mi nombre :/
Y este es el único que medio merece la pena, y por eso lo he dejado para el final.

Os pongo también las estadísticas de este último volumen:

Los Caballeros IV
Cantidad de Páginas: 285
Intervalo de páginas del total de la historia: 917-1201
Cantidad de Palabras: 119.431
Un saludo y disfrutad de este final de temporada!!!

Título: The Closing Chapter
Tamaño: 10


Episodio CXLI

A

l fin llegó la noche de aquel día tan largo. Todos cayeron rendidos sin excepción, y durmieron profundamente, pero a pesar de seguir juntos en la isla, sus corazones seguían separados. Fidel continuaba sin dormir en el barco. Sabía que tendrá que hacerlo tarde o temprano, no podía llegar hasta Mesa sin sus compañeros, pero su orgullo le obligaba a retrasarlo todo lo posible. Reik tampoco estuvo allí aquella noche, estaba demasiado enfadado como para relacionarse con nadie. Por su parte, Seagram, JesuCristo, Hilda, Pamela y Shinkan Mario descansaron en aposentos habilitados por el propio Shawn en esa última noche que pasarían en la isla.



Cuando llegó el amanecer, todos se levantaron contentos, su entrenamiento había terminado y ya podían irse para cumplir sus objetivos. Todos menos uno. Había una persona que le quedaba algo por hacer, que miraba con envidia a los que reían alegres por haber finalizado sus sesiones, y que además tenían la desfachatez de venir a preguntarle cuanto le quedaba para que pudieran irse cuanto antes. Él no lo sabía, y aunque lo supiera, tampoco lo habría dicho, que los demás hubieran acabado no les daba derecho a presionarle, por muy involuntariamente que fuera, así que no se dejó presionar y fue tranquilamente al lugar que le había indicado Seagram el día anterior.



“Buenos días Jonyo – le dijo al verle aparecer – ¿Has dormido bien?”



“Déjate de tonterías y empecemos de una vez. Soy el único que tonto que todavía no ha terminado”.



“Oh, ¿te preocupa eso? Tranquilo, estaba programado. No podíamos saber exactamente si todos terminarían antes que tú, pero ayudamos a que eso ocurriera alargando preventivamente la primera fase de tu entrenamiento”.



“¿La primera fase…? – el caballero recordó todo el tiempo que tuvo que permanecer sin hacer nada porque supuestamente era parte del entrenamiento – Entonces, ¿ahí también me estabais tomando el pelo?”



“Para nada, tú mismo viste los resultados con Shawn. Es lo que te he dicho, la alargamos preventivamente. Es muy difícil saber el punto exacto en el que el cuerpo supera un cansancio acumulado y ya está listo para empezar otra vez. A pesar de que tenía como referencia tu aumento de fuerza, tan sólo era una aproximación, y uno o dos días más de descanso del requerido no iban a debilitar tu cuerpo, así que tomamos esa decisión”.



“Vale, ya lo entiendo. Ahora, ¿podemos empezar lo que sea que tenga que hacer? En cuanto yo termine podremos irnos, así que yo también quiero terminar cuanto antes”.



“Todavía no podemos empezar, Jonyo”.



“¿Y eso por qué? ¿Ya me estás vacilando otra vez o qué?” le dijo mientras apretaba el puño con fuerza en señal de agresividad.



“Cálmate, caballero, ¿es que no recuerdas lo que tienes que hacer? Es algo que dejaste a medias hace un par de días, y para lo que necesitamos la participación de más gente”.



Mientras Seagram hablaba, los demás empezaron a aparecer. Arturo, Gabriel y Peter llegaron andando, acompañados de Hilda, Shinkan Mario, Pamela y JesuCristo, este último con vendajes por los golpes del día anterior. Eran todos los que estuvieron la última vez. Pero también llegó gente que no esperaba ver. Fidel apareció volando, aunque se colocó al otro extremo de Arturo, e incluso apareció Reik, fumando un cigarro y con cara de pocos amigos.



“Mierda, lo de las piedras… – recordó finalmente – Y ahora me van a inflar entre todos…”



“Me alegro que lo recuerdes – le dijo Shawn, que apareció por detrás y le puso la mano en el hombro – Ya sabes lo que tienes que hacer, ponte delante de la pared de esa montaña, tan solo tienes que evitar que te golpeen las piedras”.



“Bueno… – reflexionaba mientras caminaba hacia la pared – Está claro que me he vuelto más fuerte durante estos días. El entrenamiento con la armadura me ha fortalecido, aunque no llegase a dominarla, seguro que esta vez lo consigo”.



“Se me olvidaba una cosa – le dijo Shawn – Sólo tienes tres oportunidades. Si no lo consigues, te quedarás aquí y no lucharás contra el Caballero Negro. Tenlo presente”.



“¡¿Y eso?! ¿Cuándo he acep…?”



Quería seguir quejándose, pero un estruendo le obligó a parar. El caballero del hielo había destruido otra montaña rocosa de un puñetazo para tener piedras suficientes que tirar, pero como la montaña era tan grande, al final todos pudieron hacerse su propio montón de los mismos escombros.



“Lo siento Jonyo, – le dijo Reik mientras daba una honda calada a su cigarro – pero voy a tener que pagar contigo el cabreo que tengo con ese tipo”.



“Creo que a mí también me vendrá bien para desahogarme un poco” dijo Fidel.



“Yo tiraré flojito para compensar a esos dos brutos” dijo Pamela sonriendo.



“Gracias Pamela…” pensó Jonyo.



“Yo no te las tiraré fuerte, pero sí con efecto y con estilo” añadió Gabriel.



“Nosotros también estamos listos” dijo Arturo en representación de todos los demás.



“Vale – Jonyo analizaba la situación, cerró los ojos y comenzó a detectar a todos, uno a uno – Ufff, son muchos, no nos engañemos, pero tan sólo van a tirarme una piedra cada uno, debería ser capaz de esquivarlas ahora. Debería…”



“Bueno, ¡vamos a empezar! – exclamó Reik – ¡Que hemos venido aquí para algo!”



Reik lanzó todo el montón de piedras que tenía en sus manos al aire, por encima de su cabeza, saltó y golpeó a cinco de una patada, mandándolas contra el caballero.



“¡Se ha adelantado! ¡Y además ha lanzado varias él sólo! – Se decía en sus pensamientos – ¿Cómo puedo saber cuantas ha mandado? ¡Si ha tirado al aire un montón de ellas! Espera… ¡Ya sé! ¡Los impactos de su pierna! Uno, dos tres cuatro… ¡cinco! ¡Cinco impactos! Siguiendo la fuerza y la trayectoria del golpe…”



Jonyo predijo de forma acertada la trayectoria de las cinco piedras y se preparó para evitarlas. Estaba listo, esperando a que llegara la primera, cuando dos piedras le golpearon violentamente, una en la tripa y la otra en la cabeza, haciéndole perder el equilibrio, y un instante después aparecieron las cinco piedras que había predicho y le sacudieron en distintas partes del cuerpo con tal fuerza que le lanzaron contra la pared de la montaña.



“¡No lo entiendo! – Jonyo abrió los ojos y contó las piedras él mismo – Cuatro, cinco, seis… ¡Siete! ¡Hay siete! ¡Pero si sólo hubo cinco impactos, estoy seguro! ¡Y tampoco ha tirado nadie más! ¡¿Qué ha pasado?!”



“¿De verdad necesitas que te lo expliquen?” le preguntó Shawn.



Jonyo no contestó.



“Parece que sí lo necesitas – intervino Reik – Es cierto que yo sólo golpeé a cinco piedras, pero se te olvida una cosa. No había sólo cinco piedras en el aire, había muchas, todas las que pude agarrar en mis brazos, y no tenías manera de saber cuantas. Aunque calcularas cuantas piedras había entre mis brazos por la electricidad que utiliza mi cerebro para generar la sensación de tocarlas y sujetarlas, no tendrías manera de saber cuantas había unas encima de otras en ese mismo montón. Y eso es lo que te ha pasado después. Cuando he golpeado las piedras, no he golpeado a cinco en concreto, he golpeado a bocajarro, a lo que saliera, y he dado a cinco, pero algunas de esas cinco se han chocado con otras dos y las han mandado primero, y esas no tenías manera de detectarlas”.



“Eso quiere decir que da igual lo que haga... No podré evitarlas de esta forma…”



“Has agotado tu primer intento. Te quedan dos” le indicó Shawn.



“Hmpf – el caballero del rayo se puso a pensar, y al cabo de unos segundos sonrió – Ya lo entiendo… Esta vez no me pilláis, no soy tan tonto. Recuerdo perfectamente lo que me has dicho antes, Shawn, has dicho que tan sólo tengo que evitar que me golpeen las piedras, lo que significa que mientras las esquive, da igual la forma. Lo de hacerlo con los ojos cerrados ha sido cosa mía, nadie me lo ha pedido, así que las detectaré con la vista y se acabó el problema”.



“Prueba” fue lo único que le contestaron.



“¡Pues venga! ¡Vamos!” animó a todos a que empezarán de una vez.



No se hicieron de rogar. De nuevo, fue Reik el que inició la ronda, con el mismo movimiento que antes. Tiró un montón de piedras al aire, saltó, y esta vez se esforzó en dar a cuantas tenía a su alcance. Ocho piedras fueron proyectadas hacia el caballero, que a su vez se llevaron por delante otras tres, haciendo un total de once piedras que iban directas al caballero.



Al mismo tiempo, los demás también se lanzaron a apedrear a Jonyo, aunque de forma mucho más calmada, tirando las piedras de una en una. En un momento, el caballero del rayo se vio con una veintena de piedras, pero no consiguieron ponerle nervioso. Ahora era diferente, ahora podía verlas, podía seguirlas, podía evitarlas, y lo hizo. Esquivó sin ningún problema todas las que le iban llegando. Puso en práctica lo aprendido en el entrenamiento anterior, no hacer movimientos inútiles y mover sólo la parte del cuerpo necesaria, pero también sabía que no llevaba la armadura, y con ello, tampoco estaba sujeto a sus limitaciones, así que de vez en cuando daba una voltereta en el aire para evitar varias piedras a la vez y demostrar que podía hacer la misma actividad de varias formas distintas.



“Así se hace Jonyo – le dijo el caballero de la tierra – Ahora pasemos a algo más divertido”



Fidel también quería hacer gala de los resultados de su entrenamiento, así que se propuso desafiar a su compañero con algo más grande. Echó a volar y llegó a la cima de otra montaña rocosa, clavó fuertemente la pierna en la ladera, cerca de la cima, consiguiendo que se agrietase alrededor y pudiera extraer la cima, que terminó siendo una roca de varias veces su tamaño.



“¡Esquiva esto!” gritó a la vez que lanzaba la enorme roca contra él.



La roca era tan grande que Pamela, Shinkan Mario y los demás tuvieron que salir corriendo por miedo a que les alcanzara, mientras que Peter se protegió con una barrera. Jonyo estaba viendo venir la roca, pero todavía estaba esquivando las piedras que le lanzaban Arturo, Gabriel y Reik, buscando una oportunidad para escapar de lo que se le venía encima. El resto de caballeros no le dejaban un respiro, y la roca seguía acercándose, inundándole con su terrible sombra. Las piedras que lanzaban Arturo, Gabriel y Reik terminaron impactando contra la roca cuando ya estaba demasiado cerca y el caballero del rayo no tuvo tiempo para esquivarla, siendo aplastado sin remedio.



“Aiba, creo que me he pasado un poco – dijo Fidel – ¿Estás bien, Jonyo?”



Estuvieron unos segundos esperando a ver si salía de debajo de la roca por sí mismo, pero ese momento no llegaba. Quisieron ir a ayudarle, pero en ese momento, una luz surgió de debajo de la roca, e instantes después estalló, apareciendo tras de sí el caballero del rayo, sucio y jadeante.



“Haaaaa, haaaa… Joder Fidel, ten cuidado con lo que haces”.



“Segundo intento fallido, te queda uno – le recordó el entrenador – No olvides que si fallas ahora te quedas aquí”.



Esa frase desestabilizó al caballero. En un momento se había quedado a una oportunidad de cumplir sus objetivos, y a un error de perderlo todo para siempre. A pesar de que todavía estaba a tiempo de ganar, no pudo evitar ponerse nervioso. Había probado a superar la prueba de las dos formas distintas que sabía y no se le ocurría nada nuevo. Sus manos temblaban a causa de la duda y terminó cayendo al suelo de rodillas y llevándose las manos a la cabeza.



“Jonyo…” susurró Pamela.



“¡Ey! ¡No te preocupes! – trató de animarle Fidel – ¡Si no lo consigues, yo me ocuparé del Caballero Negro por ti después de cargarme a Mesa!”



“¿Te vas a rendir, caballero?” pensó Seagram



“No tenemos tiempo para esperar a que se decida a hacer algo – sentenció Shawn – ¡Atacad de nuevo y acabemos con esto de una vez!”



Ninguno quería tirar la primera piedra y condenar así a su compañero, intentaban ganarle algo de tiempo ante las presiones de Shawn Stevenson. Sin embargo, sabían a lo que venían, se habían comprometido a ayudar con el entrenamiento del caballero del rayo, y sabían que no le hacían ningún favor si por algún motivo le ayudaban a ganar inmerecidamente.



Siendo conscientes de todo esto, y al ver que el caballero del rayo no reaccionaba, Arturo, Pamela, Gabriel, todos empezaron a elegir una última piedra para lanzar. Se miraban entre ellos, buscando la persona idónea para iniciar la ofensiva, y al fin fue la propia Pamela, con los ojos lloros, la que tiró en primer lugar, seguida por todos los demás.



“¿Qué hago? – Se preguntaba el caballero, todavía de rodillas, al ver las piedras venir – Si no hago nada, no podré enfrentarme a Blackron, pero ya he hecho lo que se supone que tenía que hacer y no ha servido de nada, ¿en qué va a cambiar que haga lo mismo? – Las piedras estaban muy cerca, y la rabia y el resentimiento de Jonyo en su punto más álgido – ¡¡¡¡Jooodeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeerrrrrr!!!!”



El caballero estalló de impotencia, y a la vez que dio semejante grito, se desahogó también dando un puñetazo al suelo. La energía que liberó involuntariamente en ese momento hizo que el puñetazo fuese tan fuerte que generó una onda expansiva tras el impacto lo suficientemente potente como para pulverizar todas las piedras, liberando al caballero de cualquier impacto.



“Perfecto, has pasado la prueba” le dijo Shawn.



“¿Ein? – se quedó perplejo el caballero, que no se había parado a pensar en lo que había conseguido – Ah, la onda expansiva, ¡Je! ¡Estaba todo controlado! – Mintió – Si no puedo evitar pues las destruyo con mi gran poder. Venga, mándame las que quieras, empezaré a lanzar rayos y ondas, ¡no llegará ni una!”



“Será fantasma… – pensó Peter – Si hace un momento estaba totalmente derrumbado…”



“Vamos, venga, ¿a qué esperáis?”



“Ya no es necesario, ¡el entrenamiento ha terminado! – Exclamó Shawn Stevenson – Escucha Jonyo, tienes mucha confianza en ti mismo. Eso no tiene por qué ser un problema, pero en ocasiones puede volverse en tu contra. El objetivo de tu entrenamiento era que vieses que no siempre se pueden conseguir las cosas de una única forma, de la forma que piensas, por eso has tenido un entrenamiento tan raro. Primero el descanso, luego las bombas y ahora esto. Estoy seguro de que nunca habrías pensado que podías mejorar de cualquiera de estas formas, pues eso mismo es lo que debes de pensar durante el combate. Cuando estés delante de El Caballero Negro, te encontrarás infinidad de complicaciones, es posible que incluso anule tus ataques y tus habilidades gracias a los elementos oscuros. Necesitabas despertar un ingenio suficiente como para hacer frente a la situación por mucho que se tuerza. Igual que has descubierto que era una idea mejor no mover todo tu cuerpo para esquivar las bombas en vez de vencer el peso de la armadura, o que te salía mejor romper las piedras que evitarlas, a la hora de la verdad, cuando estés en el enfrentamiento final, recuerda que el camino que tienes delante no es única forma de llegar hasta la meta. Estás preparado”.



“Gracias, lo tendré en cuenta” contestó, e inmediatamente caminó hacia Seagram para agradecerle el entrenamiento personalmente.



“No tienes que decir nada” le dijo Seagram antes de que abriera la boca.



“¡¡¡Sic Semper Proditores[1]!!!” se escuchó de repente.



El Caballero Negro apareció de la nada detrás de Seagram y le clavó su espada en la nuca, atravesándole todo el cuello hasta que salir por la garganta.



“¡¡Blackron!!” exclamó Jonyo al verle justo delante de sus narices.



Todos reaccionaron al instante y en un momento, el Caballero Negro se vio rodeado de afiladas espadas apuntándole.



“¿Creéis de verdad que tenéis alguna oportunidad contra mí? ¡Ni aunque atacarais todos juntos!”



Un tornado de viento negro surgió a su alrededor y tiró al suelo a todos los que le amenazaban.



“¿Por qué, Blackron? – le preguntó su antiguo amigo – ¡¿Por qué?!”



“Este hombre era un traidor, y no merecía otra cosa que la muerte. Lo mismo que tú. Te espero en el castillo de la Fiera Deidad, ¡donde acabaré con tu vida de una vez por todas! ¡Wajajaja!”



Extrajo la espada de la garganta de Seagram y desapareció tan rápido como había venido. Jonyo no perdió un instante y se lanzó a por el que había estado entrenándole, que todavía estaba vivo, aunque en las últimas.



“¡Vamos Peter! ¡¿Qué haces ahí parado?! ¡¡Cúrale!!” le gritó violentamente.



Pero el presidente no se movió. Sabía que no podía hacer nada, que la muerte era inminente, y que sus poderes tan sólo servirían para aumentar la agonía.



Seagram intentaba comunicarse con el caballero del rayo, pero Blackron le había desgarrado las cuerdas vocales y no podía articular palabra. Levantó la mano para hacerle un gesto, pero su vida se extinguió por el camino y la mano cayó con ella.



La salida tuvo que retrasarse un día más a causa de los acontecimientos. Aquella tarde, al anochecer, se realizó el entierro. Ninguno sabía de donde provenía Seagram realmente, así que no podían deportar su cadáver a ningún sitio. Decidieron enterrarlo en la isla de Shawn en vez de en Azeroth para evitar que los habitantes que aun le odiaban profanaran o destruyeran su tumba. Pusieron algunas de sus bombas sobre su tumba para recordarle, y estuvieron unos minutos en silencio, mostrando su respeto.



“Él siempre decía que cualquier vendría vendrían a por él – lloraba Pamela – Que querían matarle, pero nunca imaginé que fuese cierto…”



“Perdóname, Pamela, ha sido culpa mía” se disculpó Jonyo.



“No te disculpes muchacho – le dijo Shinkan Mario – Los asesinatos siempre son culpa del asesino, nada más”.



“Lo que sí es curioso es que os haya ayudado una persona de la misma organización que quiere destruiros – opinó JesuCristo – ¿No creéis?”



“Por eso el helicóptero que tenemos es del mismo modelo que el de esa teniente con la que nos confundió Reik al llegar” añadió Hilda.



“Hay algo que yo no entiendo sobre el Caballero Negro… – reflexionaba Peter – Es como si tuviera dos personalidades… Por un lado parece que sea incapaz de matar, le perdonó la vida a Kevin y a Mireia, pero ahora no ha dudado un instante en acabar con Seagram, la verdad es que no entiendo el motivo…”



“Creo que sé la respuesta – se atrevió Gabriel – Él mismo lo ha dicho, la traición. Eso es lo que más le duele. Por eso le perdonó la vida a Kevin y a la chica, porque no le habían hecho nada, no le habían hecho aquello que tanto le tortura. Sin embargo, en cuanto identifica a alguien como a un traidor, se vuelve una máquina de matar sin precedentes y no para hasta consumar su deseo de destrucción. Y tú, Jonyo, eres la personificación de todo ese trauma que lleva atormentándole todos estos años. Al menor fallo, te aniquilará”.



“Lo sé”.



“Será mejor que os vayáis cuanto antes – dijo Shawn – La intrusión del Caballero Negro ha dejado claro que esta isla ya no es segura”.



“Sí, nos iremos mañana al amanecer” confirmó Arturo.



Nadie dijo nada más. Todos se fueron caminando, en silencio, a descansar durante esa última noche en la isla. A la mañana siguiente, los caballeros fueron los primeros en partir, y los representantes de Azeroth acudieron a su despedida. Los cinco caballeros estaban de nuevo unidos en el mismo barco y hacia el mismo destino.



“¿Cómo que vienes otra vez con nosotros, Fidel? – Le preguntó Jonyo – ¿Ya has superado tu complejo de debilidad?”



“¡Idiota! ¡Me encantaría ir a mí solo, ya lo sabes! Pero sabes que no puedo llegar hasta la isla de Konoha volando…”



“Así que nos estás utilizando…” comentó Reik.



“Tú cállate que estás haciendo lo mismo”.



“Tal vez, pero yo desde luego aporto algo, ¿tú que vas a hacer? ¿Fregar los platos? ¿Limpiar la cubierta?”



“Ya lo discutiremos…”



“Bueno, cuídate, Jonyo – le dijo Hilda – Cuando acabes tus aventuras sabes que puedes venirte a vivir con nosotras”.



“¡¡Sííííí!!” gritó Pamela muy contenta.



“Contad conmigo” les contestó el caballero.



“Bien, ahora que ya ha acabado todo, me gustaría decir unas palabras” irrumpió Shinkan Mario en medio de todos.



Todos se quedaron en silencio para conceder la palabra a su anciano compañero, pensando qué podría querer decir tan importante.



“Bueno… Esto es difícil para mí… Excepto Pamela, que por su edad no la podíamos dejar sola en la isla, todos vinimos aquí con un objetivo. JesuCristo vino a ayudar en el entrenamiento de Arturo, Hilda en el de Reik, Seagram en el de Jonyo, y yo… Yo me hice este viaje solo para pediros una cosa…”



El anciano se quedó en silencio de pronto y respiró profundamente, denotando el esfuerzo que le requería hacer su petición.



“Por favor, tranquilícese y pídanos lo que quiera – intentó calmarle Arturo – Desde luego que si podemos ayudarle será un placer para todos nosotros”.



“Me gustaría acompañaros en esta última etapa de vuestro viaje”.



La petición del sacerdote dejó a todos en silencio, que para nada se esperaban tal solicitud.



“Es por Mesa, ¿verdad?” le preguntó Gabriel.



“Sí, por supuesto. Gracias a vosotros he tenido la oportunidad de volver a esa persona a la que daba totalmente por perdida, y cuando le vi, ya visteis lo que pasó. Se supone que iba a mataros a todos, pero en vez de eso, sólo con verme se calmó y se fue”.



“Eso sólo significa que no quería hacer una masacre delante de ti y en tu propia isla – dijo Fidel – Pero la hará en la suya aunque estés tú”.



“Tan sólo quiero hablar con él una vez más”.



“Has visto con tus propios ojos lo que le ha pasado a Seagram – se metió Reik también en la conversación – El Caballero Negro está al servicio de Mesa, y también hay más personas igual de peligrosas. Es posible que cualquiera de ellas te mate antes de que puedas hablar con él, nosotros no podemos perder el tiempo protegiendo a un loco. ¿Estás preparado para eso?”



“Hijo, te aseguro que a lo que menos tengo miedo ya a mi edad, es a morir”.



“Yo tampoco soy tan fuerte como ellos y sigo con vida – añadió Peter – Si realmente viene, yo haré lo que pueda por protegerle”.



“Pues si todos lo tenemos claro, yo tampoco me opondré” dijo Arturo.



El sacerdote se despidió de JesuCristo y de Hilda con un sentido abrazo, y a la niña le acarició la cabeza. Subió al barco en primer lugar, andando muy despacio, y los caballeros fueron después, a la vez que se despedían con la mano de, en mayor o menor medida, todos sus entrenadores. Mientras el barco zarpaba, Arturo se quedó mirando a Fidel.



“La verdadera batalla comienza ahora – pensaba el caballero del fuego – La batalla en la que pondré a prueba mi última voluntad”.



Aunque los caballeros se habían ido, Shawn todavía se vio en la obligación de acompañar a los habitantes de Azeroth al helicóptero en el que habían venido para que pudieran marcharse.



“¿Cómo vas a pilotar el helicóptero sin Seagram?” le preguntó JesuCristo.



“Pues no lo había pensado” contestó Hilda.



“Tiene un programa de piloto automático – les dijo Shawn tras echar un vistazo, y tras tocar un par de botones, las hélices empezaron a girar – Listo”.



“Muchas gracias Shawn”.



“El placer ha sido mío por tener la compañía de una dama como usted” se despidió caballerosamente.



El helicóptero despegó, y Shawn se quedó observando hasta que se perdió en el firmamento. Después sonrió, y ahora que ya estaba solo, sacó un teléfono móvil y realizó una llamada.



“Mi trabajo ha terminado. El resto te corresponde a ti” dijo cuando descolgaron al otro lado.



“Gracias, Shawn” escuchó y ambos colgaron.



En algún lugar, muy lejos de allí, ajena a todo lo que ocurría, Mireia caminaba por un pueblo fantasma de una isla perdida. Las calles, los edificios, todo el pueblo estaba intacto, la iluminación funcionaba, los semáforos también, y había varios vehículos en las carreteras, pero parados, muchos de ellos con el motor todavía encendido y el freno pisado. Todo estaba muerto, pero sin una sola señal de violencia, como si fuera un día normal en el que se hubiera parado el tiempo. Los cadáveres poblaban las aceras, los coches, las ventanas, estaban por todas partes, pero estaban ya totalmente descompuestos, en los huesos, del organismo sólo quedaba el esqueleto. Sin embargo, todos tenían la ropa puesta. Camisa, pantalones, zapatos, todo, y además limpia y reluciente en la mayoría de los casos. Muchos de ellos tenían la ropa agujereada, rasgada o cortada por algún sitio, pero no por el desgaste natural del paso del tiempo, las roturas habían sido intencionadas, perpetradas por un tercero.



Mireia caminaba por aquel pueblo espectral, girando la cabeza en cada calle, buscando en cada esquina, investigando cada rincón en busca de alguien que siguiera con vida, pero no encontró a nadie. Entonces sacó su espada, la alzó al cielo, contempló orgullosa su brillo al darle la luz del sol y finalmente sonrió.



“Con esto ya es suficiente… ¡para derrotarle!”



[1] Así siempre a los traidores.

Curiosidades!!!



El personaje de Pamela es homenaje a Pan de Drabon Ball GT, de ahí su nombre, y también lo del pañuelo que le da a Gabriel. Además, el referente real de este personaje fue disfrazado de Pan a un Expomanga.

El título de Shinkan del personaje Shinkan Mario hace homenaje a los seis sacerdotes de la última saga de Yugiou, que como ya dijimos, Shinkan es sacerdote en japonés.

El nombre de Seagram viene de la canción El Espíritu de Seagram de Discípulos de Salieri, uno de los grupos en los que toca nuestro Capitán Lardo (segundo desde la izquierda) en la vida real.

La frase que dice el Caballero Negro al asesinar a Seagram hace referencia a la que dice John Wilkes Booth al asesinar a Lincoln, Sic Semper Tyrannis, cambiando tiranos por traidores.


La espada del Caballero Negro es Tensa Zangetsu, al forma final de la espada del prota de Bleach, y sí, la única espada negra que conozco xD Los diversos poderes del Caballero se detallarán durante su combate. Su tornado negro que le envuelve para defenderse es de Dai no Daibouken, pero ahora mismo ni me acuerdo quien lo hacía, como ahí todos son magos...


La espada de Mireia es la Unión de las Ánimas, del personaje Mushration de la serie Shinzo, aunque sólo coge su nombre y forma, sus poderes vienen de otro sitio, y también se explicarán cuando finalmente los use.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Episodio CXL

Estoy un poco gilipollas, ya van dos veces que no puedo publicar el domingo porque hay una persona a la que no puedo decirle que no y que además sólo está disponible los domingos. No, no es una novia nueva ni nada parecido, que más quisiera... El caso es que cuando pasa el domingo ya me cambia el chip y no rindo igual, por eso nunca lo tengo para el lunes, ni para el martes... xD Como esto lo más seguro es que siga pasando, a ver si me mentalizo para tenerlo acabado el domingo pero a primera hora, no a última, así no habría problema.

Cambiando de tema, una nueva dibujante se ha ofrecido a hacer los artworks (diseños) de Los Caballeros :D Lo que me extraña es que me surja una cada dos añós con el pastizal que pago por ese trabajo, pero así están las cosas. El caso es que esta nueva aspirante ha llegado más lejos que ninguna otra y me ha presentado formalmente alguno de sus trabajos a modo de prueba. No son de ningún personaje en concreto, son gente sin más para que viera el estilo de dibujo y si me convence o no. Tenía pensado ponñéroslo para que dierais vuestra opinión, al fin y al cabo os dibujaría a vosotros jaja pero son las cuatro de la mañana y no me apetece ponerme a escanear nada, sino irme a dormir xD Así que lo dejamos para el siguiente.

Tamaño: 7'25


Episodio CXL

L

a adrenalina del caballero del fuego aumentaba considerablemente. Estaba acostumbrado, o al menos eso le habían contado, a no tener rival cuando se transformaba. Ni el mismísimo Mesa ni el Capitán Lardo habían podido hacerle frente, pero ahora había encontrado un rival mejor en su propio compañero. Las ganas por probar sus habilidades y medir su poder le invadían.



“Así que esto es de lo que hablaba Fidel…” dijo finalmente.



“Ya sabes que Fidel habla demasiado. No hay que hacerle mucho caso” supo evadir muy bien el caballero de la rosa.



“¡Lucha en serio!”



“Lo siento, eso incumpliría mi juramento bajo la rosa. Estoy haciendo lo que se me pidió, colaborar en tu entrenamiento, no puedes exigirme nada más”.



“¡¿Por qué ocultas tu poder?! ¡¿Por qué no lo utilizas como hacemos todos?! ¡¿Sabes la cantidad de vidas que podrían haberse salvado en Azeroth si te hubieses empleado al máximo?!”



“No sé de qué me estás hablando. Yo no tengo ningún poder especial”.



“Como quieras. Entonces te lo sacaré a la fuerza. Entiendo que este entrenamiento es para medir el punto en el que pierdo el control de mi poder en combate, así que para averiguarlo, tendré que sacar cada vez más y más poder hasta alcanzar el punto, o incluso sobrepasarlo, y tal vez, si pierdo el control, te obligue a usar todo tu poder para detenerme”.



“No digas tonterías, a mí no me engañas. No serías capaz de llegar a ese punto con tanta gente alrededor, sobre todo conscientemente”.



“Vale, me has pillado, pero haré que saques toda tu fuerza sin llegar a eso”.



El caballero del fuego cargó energía y el aura dorada que le envolvía aumentó de tamaño. Dio un salto y salió volando a ras de tierra hacia Gabriel, levantando una estela de polvo a su paso. Atacó con un simple puñetazo, y el caballero de la rosa trató de bloquearlo de nuevo, pero esta vez no supo calcular bien. El golpe era demasiado fuerte y le tiró el brazo hacia atrás, rompiéndole la guardia. Gabriel retrocedió unos pasos, tuvo que clavar su espada en el suelo para no perder el equilibrio. Arturo continuó atacando, un nuevo puñetazo se dirigía hacia su compañero, que lo bloqueó hábilmente levantando la rodilla. Con el impacto, vino acompañado un fuerte estruendo que denotaba la violencia del golpe, y el rostro del caballero de la rosa mostraba claramente el esfuerzo que había tenido que hacer para detenerlo.



“¡¿Cuánto tiempo crees que puedes aguantar así?!” le gritó el caballero del fuego.



Con el peso de su cuerpo cayendo sobre un solo pie, y una mano apoyándose en la espada, Arturo tenía la oportunidad perfecta para atacar a su compañero, que había dejado demasiadas aperturas. Rápidamente, le dio una patada en el costado de la que ya no pudo defenderse y salió volando hasta impactar contra una colina rocosa, que terminó derrumbándose sobre él.



“Mierda – pensaba Gabriel bajo los escombros – No hay energía suficiente…Si sigo así…”



El sonido de una onda de energía aproximándose interrumpió sus pensamientos. Saltó llevándose  todas las piedras que le sepultaban por delante. Al salir a la superficie, ascendió por el cielo, hasta que se dio cuenta de que la onda de energía venía justo desde arriba y se estaba acercando a ella. Se apartó simplemente y la onda continuó descendiendo hasta impactar contra los escombros de los que había salido el caballero, donde explotó y liberó la metralla contra los alrededores, hiriendo a Hilda, Pamela, JesuCristo y Shinkan Mario, que a pesar de cubrirse, recibieron impactos en los brazos, piernas y el torso.



“¡Tenemos que salir de aquí!” exclamó Pamela.



Los cuatro estaban a punto de echar a correr, cuando un grito del caballero de la rosa atrajo de nuevo su atención. Arturo había conseguido acertarle con un puñetazo en la nuca aprovechando la confusión de la explosión.



“¡¿Qué ha pasado ahora?!” preguntó JesuCristo.



“¡No! ¡No lo hagas! – Le advirtió Mario – ¡No levantes la vista!”



El joven no le hizo caso, o no llegó a escuchar su advertencia. Apartó los brazos, que hasta ahora protegían su cabeza, y echó un ojo al cielo para continuar viendo el combate. La metralla continuaba acechando, y varios proyectiles impactaron en la cabeza de JesuCristo hasta dejarlo inconsciente.



“Mira que estabas avisado…” comentó Hilda.



El cuerpo del caballero de la rosa empezó a descender de nuevo a tierra, dando vueltas sobre sí mismo a causa del impacto recibido. A mitad de la caída, Gabriel consiguió controlar el vuelo de nuevo y frenó en seco, eludiendo el impacto contra la tierra.



“Deberías quitarte ese vendaje, con los ojos verías mucho mejor mis movimientos”.



Antes de que Gabriel pudiera responder, el caballero del fuego ya había incrustado su cabeza en el pecho de su compañero, justo en el tórax, cortándole la respiración e impidiéndole el habla.



“Que violento… – comentó Shinkan, ahora que la metralla ya había cesado – Se ha tirado de cabeza hacia él, volando a toda velocidad, y le ha dado como si fuera un misil…”



“Está empezando a perder el control… – dijo Hilda – Esto no puede durar mucho más”.



Gabriel salió disparado contra el suelo, donde impacto violentamente y creo un socavón. A pesar de que no se había hecho mucho daño, se quedó unos segundos en el suelo agarrándose el pecho y tratando de respirar de nuevo. El pañuelo que le hacía de venda se había soltado ligeramente, y ahora podía ver un poquito por la parte de abajo.



“Vale – dijo Arturo mientras bajaba lentamente hasta él – Ahora veremos que ocultas tras esa venda”.



Tras una ojeada rápida, Gabriel descubrió su espada, muy cerca de su posición, clavada, en la tierra, igual que la había dejado tras ser arrastrado por el ataque de Arturo. Vio que no tenía alternativa, se puso de pie de un salto y fue corriendo hacia su espada mientras se ajustaba de nuevo el pañuelo.



“Menuda hostia que me ha dado… Todavía me cuesta respirar… Se va a enterar ahora…”·



“Va hacia la espada… Algo trama…” pensó el caballero del fuego y aceleró para llegar antes que él.



Gabriel le vio acercarse y también fue más deprisa. A pesar de que Arturo en su forma actual era mucho más rápido, llegaron casi al mismo tiempo debido a la distancia que tenía que recorrer cada uno. El caballero de la rosa empuñó su espada mientras el puño de su compañero se acercaba a su rostro. No tenía tiempo para pensar, así que, en vez de un espadazo, digamos que dio un manotazo con la espada en diagonal, haciéndole un corte a Arturo que le cruzó toda la cara y estuvo cerca de alcanzarle en un ojo.



Los dos se quedaron quietos unos segundos. Detrás del caballero del fuego, a una veintena de metros, había una de esas montañas rocosas, que después del ataque del caballero de la rosa empezó a hacer ruidos extraños. Un instante después, la parte superior de la montaña se deslizó. Había sido cortada por la onda expansiva del ataque del caballero. Shawn estaba justo debajo de esa montaña rocosa, y la parte superior que se precipitaba iba directa a su cabeza.



“¡¡Cuidado!! ¡¡Encima de ti!!” le gritó Pamela.



“Niños…” fue lo único que dijo Shawn y alzó la mano al cielo. El pedazo de montaña rocosa cayó íntegramente sobre la palma de su mano y él lo sostuvo sin ningún esfuerzo. Todos se quedaron callados unos segundos, preguntándose qué haría ahora, hasta que lo tiró a un lado sin demasiado cuidado.



“Claro, ¡la espada! – Exclamó Arturo mientras se tocaba la herida – Con que era eso. Creo que ya entiendo tu truco”.



“Sigo sin saber de que me estás hablando”.



“Pues tranquilo, porque cuando veas mi próximo ataque lo vas a entender todo”.



En la playa del lado oeste de la isla, Jonyo había dejado de murmurar para sí mismo. Se había quedado pensando en silencio unos segundos, y después se había echado a reír a carcajadas, hasta tal punto, que Seagram tuvo que frenarle con una pequeña sutileza.



“Ejem…” dijo Seagram.



“Ahora lo entiendo todo – se decía a sí mismo el caballero entre risas – ¿Cómo he podido estar tan ciego…?”



“¿Qué es lo que entiendes exactamente?” le preguntó su entrenador.



“Ya entiendo tu juego, ya entiendo porque había bombas que a pesar de evitarlas moviendo ligeramente el brazo o la cabeza pasaban de largo en vez hacer un ligero movimiento y acoplarse al torso, que sería lo más lógico, pero claro, no lo era. Llevas horas riéndote de mí, por eso me río yo ahora. O quizás haya sido culpa mía, que he enfocado el entrenamiento de forma distinta, pero eso ya se acabó – Jonyo dejó de reír, pero en su cara seguía dibujándose una sonrisa –  Es normal que las bombas no se desactivaran con mi brillante actuación de antes, porque no era eso lo que me pedías. Al principio me extrañó mucho, casi todas las bombas iban dirigidas a alguna de mis extremidades, se acoplaban en mis brazos, se pegaban a mis piernas, e incluso se agarraban a mi cabeza. Por supuesto también ha habido unas cuantas que venían a mi cuerpo sin importar donde, pero esas eran las mínimas, y estaban puestas para disimular. Todo eso era un mensaje, una pista de lo que de verdad tenía que hacer – Ahora la sonrisa desapareció y le quedó un semblante reflexivo – No se trataba de un entrenamiento para fortalecer mis músculos venciendo el peso de la armadura y volverme a la vez más rápido y más fuerte, no, ni mucho menos. Era justo lo contrario. Lo que querías era que fuera capaz de desenvolverme con la fuerza y velocidad que me limitaba la armadura para enseñarme que en la vida no siempre voy a tener la oportunidad y el tiempo necesarios para superar todas las barreras y dificultades que se me pongan por delante, y si tengo un problema similar durante el combate contra Blackron, menos aún, entonces tengo que aceptarlo, tengo que vivir con ello sin que me impida continuar, adaptarme a la nueva situación, porque si me topo con algo que no puedo superar simplemente volviéndome más fuerte, se convertirá en una condena, al igual que me ha estado castigando el recuerdo de mi amigo durante tantos años… al que no pude salvar por no ser lo suficientemente fuerte, pero que tal vez de otra manera…”



Al final, el rostro del caballero del rayo, que tan contento había comenzado, terminó sumido en una tristeza absoluta, y de nuevo, Seagram tuvo que intervenir.



“Corta el rollo – le dijo – Toda esa charla ha estado muy bien, pero, ¿cómo piensas aplicarlo al entrenamiento?”



“Muy sencillo, haré lo que me has pedido. Esquivaré las bombas y nada más. Me olvidaré de volverme más fuerte y rápido con este entrenamiento y evitaré las bombas con las condiciones actuales cueste lo que cueste.

“¡Eso quiero verlo!”



Seagram sonrió y las bombas volvieron a elevarse y a amenazar al caballero, que se elevó con ellas y se mantuvo flotando en el aire, esperando demostrar sus palabras.



Primero vino una única bomba, directa a su cabeza, y tan solo tuvo que girar el cuello para evitarla. Después fueron dos, una a un brazo y otra a una pierna. Flexionando el codo y la rodilla bastó para librarse de ellas. La cuarta bomba volvió a venir sola, pero al torso, ya no le bastaba con mover una pequeña parte del cuerpo para esquivarla, así que dejó de mantenerse en el aire unos instantes. El propio peso de la armadura hizo el resto, e inmediatamente retomó el vuelo.



Poco a poco, las bombas iban atacándole en grupo mayores y con más velocidad, pero la gestión de la energía por parte del caballero era excelente y podía continuar evitándolas indefinidamente a pesar del peso de la armadura. Seagram, viendo que Jonyo podía con todo lo que le echara encima, preparó el toque final.



“Muy bien, caballero, ¡ahora a ver si puedes con esto!” le gritó y pulsó el botón rojo del control remoto durante cinco segundos.



Al cumplirse el tiempo, las bombas dejaron de atacar a Jonyo y se agruparon todas alrededor de él, se alinearon y le atacaron todas al mismo tiempo.



“¿Cómo cojones voy a evi…?”



No le dio tiempo a terminar de hablar. Las bombas se abalanzaron sobre él al unísono, se acoplaron en distintas partes de su cuerpo hasta cubrirlo por completo y después estallaron también a la vez, liberando una gran explosión cuyo estruendo tapó el grito de dolor del caballero. Pocos segundos después, el cuerpo de Jonyo cayó desde la nube de humo y dio un golpe seco contra el suelo.



“Player Life Point… 0% Training Complete… Active Guard… Disabled… Armor Gravitation… Unlocked”.



“Perdona por ese último ataque, pero para que puedas quitarte la armadura hay que desactivar el Active Guard agotando los puntos de vida del jugador. Felicidades, has completado esta fase de tu entrenamiento, ¡ya sólo te queda la última!”



“¿Cómo? – Susurró Jonyo desde el suelo – ¡¿Aún hay más?!”



En la playa del lado este de la isla, Peter ya había terminado de curar a Reik y ya estaba todo listo para continuar el entrenamiento del Presidente. Llevaba varios días haciendo notas, trabajando duro para completar su nueva barrera y era el momento de ver si todo ese esfuerzo había merecido la pena o si por el contrario había sido en vano.



“¡Vamos! – exclamó mientras sus dedos temblaban – ¡Dispara!”



Reik no perdió el tiempo hablando, actuó directamente. Lanzó una onda de energía directa a su compañero, que rápidamente proyectó una barrera para protegerse, mientras repasaba sus últimas notas en sus pensamientos.



“Recuerda la diferencia entre la pantalla resistiva y la capacitiva… Sabes lo que tienes que hacer… Ahora sólo tienes que hacerlo” se decía a sí mismo mientras veía acercarse aquel luminoso ataque.



La onda llegó finalmente y se estrelló contra la barrera de energía. Peter sintió que la detectaba y sonrió.



“¡Lo tengo!” exclamó.



Un segundo después, la onda estalló llevándose por delante la barrera y al propio Peter, a quien la onda expansiva tiró para atrás e hizo dar varias vueltas en la arena.



“¡No lo entiendo! ¡Pero si lo tenía! – se gritaba mientras observaba frustrado las palmas de sus manos – ¡Estoy seguro de que la había detectado bien!”



“Creía que ya lo tenías todo listo, pero veo que me estás haciendo perder el tiempo de nuevo – le dijo Reik – Me voy”.



“¡No! ¡Espera! – Se le ocurrió una idea – ¡Creo que sé lo que ha pasado! ¡Dame otra oportunidad!”



“¿No será uno de tus trucos de político?”



“¡No, de verdad! ¡Sólo necesito una cosa para confirmarlo! Lánzame la onda más débil que puedas y lo comprobaré”.



“Está bien…”



Peter se colocó de nuevo en posición y el caballero del hielo le lanzó una pequeña bola de energía. Rápidamente activó la barrera, y la bola se estrelló contra ella. A pesar de ser diminuta, Reik la había mandado lo más débil que pudo, pero no lo más débil que se podía, así que la bola estuvo unos segundos resistiéndose a la barrera de Peter, hasta que finalmente fue rechazada y devuelta contra el caballero, que la anuló de un soplido.



“¡Lo sabía! ¡Era eso!”



“¿Qué pretendes demostrar al haber devuelto un ataque tan insignificante?”



“Reik… Gracias por ayudarme… Pero creo que ya no hace falta que pierdas más el tiempo conmigo, ser capaz de devolver ese ataque ha confirmado mis peores temores. Para devolver un ataque físico como un puñetazo, la pantalla capacitiva de mi barrera detecta la fuerza al entrar en contacto con el objeto físico y hace que simplemente rebote, es un mecanismo muy sencillo. Sin embargo, para ataques especiales como ondas o ataques elementales, al no tener, para que me entiendas, sustancia, la pantalla capacitiva no los detecta entonces no los puedo devolver, por eso, hasta ahora, utilizaba el otro tipo de pantalla, la resistiva, para simplemente detenerlos. Sin embargo, como no son ataques sólidos, por decirlo de una manera, si quiero devolverlos no puedo usar su propia fuerza, tengo que aplicar mi energía para que regresen por donde han venido, y como has visto tú mismo, esa diminuta bola es lo más fuerte que puedo devolver.



Gracias por confiar en mí y ayudarme, pero es mejor que te entrenes tú, al menos tu entrenamiento servirá de algo. Me duele haber estado tantos días tomando notas y estudiando horas y horas para nada, pero así es la vida, unas veces se gana y otras se pierde…”



“Mmmmmm – Reik no le estaba escuchando – Entonces la nueva barrera la tienes, pero lo que falla es un problema de poder, ¿no?”



“Sí…”



“Entonces tienes razón, el entrenamiento ha terminado” le dijo y se fue caminando.



En el centro de la isla, Arturo continuaba su enfrentamiento con Gabriel. Estaba decidido a darlo todo ahora que creía saber el secreto de su compañero, así que se puso en una postura que Gabriel reconoció fácilmente. Extendió los brazos, uno a cada lado, y cargó una onda de energía en cada mano. Después llevó las manos al frente y las ondas se fusionaron, generando una más grande.



“Ese movimiento es…” lo reconoció enseguida el caballero de la rosa.



“Lo has reconocido incluso con los ojos vendados… Como para no hacerlo, ¿verdad? Sí. Es el God Breaker Cannon, el ataque que hubiera acabado con Mesa y con el Capitán Lardo de haberles alcanzado, pero como yo no era dueño de mí mismo tuvieron la suerte de escapar. Pero ahora lo soy, he descubierto tu secreto, y sé que puedes tener mucha más energía que yo, así que no tendré reparos contigo. Prepárate, porque si no lo haces, morirás”.



“Arturo, estás sacando las cosas de quicio” le dijo mientras sentía aumentar la energía condensada en sus manos.



“Si tengo razón y de verdad he descubierto tu secreto, con toda esa energía que creo que tienes sin duda sobrevivirás, pero si me equivoco, no podremos ni encontrar tus cenizas. Yo apuesto por ti, Gabriel, ¿qué me dices?”



“¡¿Estás haciendo esto sólo para saber eso?! – Le gritó enfadado – ¡Para! ¡Te lo diré! ¡Me quitaré la venda! ¡Mira!” exclamó mientras se llevaba la mano a los ojos.



“¡¡Ya es demasiado tarde!! ¡¡¡God Breaker…!!!”



“¡¡¡¡Quieto!!!!” le ordenó Shawn de un fuerte grito.



Los dos quedaron en el sitio durante un instante, y después, Arturo se giró hacia él, bastante descontento, y Gabriel aprovechó para regresar su mano donde la tenía.



“¿Qué pasa contigo ahora? ¿No es esto lo que querías?”



“¡Imbécil! – le insultó sin ningún reparo – ¡Mira delante de tus narices!”



El caballero se ofendió en un primer momento. No necesitaba mirar hacia delante, ya sabía que estaba Gabriel, pero al echar una segunda ojeada, descubrió a que se refería. Detrás del caballero de la rosa, justo en línea recta, pero unos metros más allá, estaban Hilda, Pamela y Shinkan Mario, todavía heridos, tratando de reanimar a JesuCristo.



“Si hubiese disparado… – el shock hizo que la transformación del caballero se desvaneciese – Les habría matado a todos…”



“Exacto – concluyó Shawn – Ya hemos comprobado que dominas el SuperGuerrero en combate hasta cierto punto, y ya sabes cuanta energía puedes liberar y manipular sin perder el juicio. A partir de aquí, el resto es cosa tuya. El entrenamiento ha terminado”.


Curiosidades!!!

El God Breaker Cannon de Arturo en SuperGuerrero es una mezcla de dos ataques. El nombre lo coge del ataque de la carta de Yu-Gi-Oh del Dios Ra...


...Pero su poder pulverizador de todo cuanto se cruce en su camino como se vio en el Episodio 120 durante el combate contra el Capitán Lardo viene de las Llamas de Ira de XanXus en Katekyo Hitman Reborn. En la foto de abajo, aunque no se aprecia muy bien, es lo mismo que hace Arturo al comienzo del combate en el 120, un agujero limpio en la parte baja del edificio, sin dejar rastro alguno a su paso.