domingo, 9 de noviembre de 2008

Episodio LXXI

Este es un capítulo que llevo esperando unos añitos :) (para que veáis hasta donde llegan a veces mis niveles de planificación xD) Concretamente desde que terminé la primera saga de Petoria, en el que ya pensé una escena que se incluye en este capítulo, que se ha ido perfeccionando hasta lo que aparecerá hoy ante vuestros ojos. El próximo episodio, 72, era el que tocaba ser publicado por el aniversario y por tanto merecería, como siempre, romper récord de tamaño, por lo que voy a tratar por todos los medios de ofreceroslo completo el domingo que viene. De hecho, hoy ya lo he empezado por fragmentos sueltos en el borrador de spoilers, y tanto mañana como el resto de la semana estaré escribiendo cuanto pueda. En caso de que llegue la hora límite y no tenga las +17'8 páginas necesarias para batir récord de tamaño, haré lo mismo que con 48, lo publicaré en dos trozos cortando en el momento más adecuado, publicando la siguiente parte lo más pronto posible y el 73 el 23 de Noviembre, cumpliendo con el calendario establecido.

Título: Segunda Marcha

Tamaño: 9

Dedicado a: Mercedes, la madre de Iván (personaje Jose)


Episodio LXXI



Kevin, Norris, Eddy y Jose retrocedieron, tratando de replantear su estrategia. El fiero puño de Jose se dañaba al atacar, las armas callejeras de Norris se rompían al tratar de hacer frente al duro acero de su cuerpo e incluso el arma de Kevin era incapaz de hacer un efecto mucho mayor.

“Decidme donde están los cadáveres de Isabel y Verónica y puede que os perdone la vida... ¡Un minuto más! ¡Jajaja!” comenzó a reír ella sola.

“Que detalle, ¡pero la respuesta es no!” respondió Eddy.

“Es curioso que lo diga el que no tiene ninguna posibilidad tiene de vencerme”.

“¿¡Qué dices!?”

“Lo sabes perfectamente. Ya te has enfrentado a mí antes y no has conseguido nada. Tus golpes son inútiles contra mí. De hecho, ¡serás el primero en morir!”

“¡Eso habrá que verlo!” dijo y se lanzó contra ella.

“¡Idiota! – le gritó el Comandante – ¡No caigas en su provocación!”

Eddy se lanzó contra su oponente sin pensar. Apostó por una patada que fue bloqueada con facilidad y después Yolien atrapó su pierna con la pinza, alzó el brazo e hizo que el joven volcara y quedará boca abajo, a su merced.

“Es tan fácil engañaros...”

David había bajado a animar, tal y como había prometido, y al asomarse a la puerta vio a Yolien torturando a Eddy con el pelo de una segueta.

“Venga – dijo mientras le hacía suaves cortes en partes aleatorias del cuerpo – Decidme donde están los cuerpos antes de que muera desangrado”.

“Juegas sucio... – dijo Jose – ¡Suéltale y libremos un combate justo! ¡Si ganas tendrás esa información!”

“Me temo que no, me gusta más este método”.

“Nosotros no sabemos donde están los cuerpos – terminó diciendo Norris – Por mucho que le tortures no sacarás nada. Eso sí, en el momento que bajes la guardia, iremos los tres a por ti y no te perdonaremos la vida”.

“¿Cómo que no lo sabéis? ¿No sois amigos de los caballeros?”

“Los conocimos después de que ellas dos murieran. Sabemos tanto como tú”.

“Entiendo, entonces – dijo mirando a David, al que acababa de descubrir – Tiene que saberlo alguien que los conozca de antes...”

“¡David! ¡Vete!” gritó Jose.

“David... Creo que te llamas así. Sé que tú sabes donde están los cuerpos. Tú y yo ya nos conocemos, y sabes perfectamente qué le ocurrirá a este chico si no me dices lo que quiero”.

“No se lo digas... David” no te preocupes por mí.

“¡Cállate!” dijo haciéndole un suave corte en la tripa.

“Está bien. Te lo diré. Pero promete que después le soltarás”.

“Habla”.

“Ambas están enterradas en el cementerio municipal de Petoria, a las afueras de la ciudad, bastante lejos de aquí. Ahora suéltale”.

“David...” susurraron Kevin, Norris y Jose.

“Muy bien...”

Yolien partió el pelo de segueta con los dedos y ambas mitades cayeron al suelo. Bajó la mano y parecía que iba a soltarle, cuando sacó de repente un destornillador de estrella de otro bolsillo y se lo clavó en el costado.

“¿Me tomas por tonta? ¡Eso no es verdad! ¡Sabía que tendría que medio matar a este idiota para saberlo! ¡Di la verdad si no quieres que acabe con sus pendientes reales!” gritó mientras acercaba su pinza amenazante a la entrepierna del muchacho.

“¿¡Ha intentado engañarla?! ¡Qué bueno!” exclamó Norris.

“¿Y cómo has sabido que no es verdad?” preguntó David confuso.

“Porque tú me lo acabas de decir”.

David se quedó sorprendido al ver como había caído en su propia trampa y las lágrimas recorrieron su rostro al ver la herida que le había costado a Eddy su osadía.

“Isabel está enterrada en la parte trasera del jardín, la tumba se identifica con un montículo de tierra con dos palos atados formando una cruz calvados en ella. En cuanto a Verónica, como murió por la intoxicación de Duckman, destruyeron su cuerpo y lanzaron las cenizas al viento. La mayoría cayeron en el mar”.

“Mucho mejor... – dijo y tiró a Eddy al suelo, quitándole después de en medio con una patada. Después cogió su gran sierra y se colocó en posición – Ahora voy a concederos ese combate justo que tanto pedís”.

“Ese arma... – pensaba el Comandante – Es demasiado grande como para manejarla con facilidad. Si ataca y falla, tardará un tiempo en volver a poder atacar. No puedo hacer ataques a distancia porque antes ha destruido la cadena que iba por dentro del mango, pero supongo que aún así podré hacer algo... Me acercaré. Además recuerdo que antes ha dicho que su chaleco está hecho de...”

“¿Quién quiere ser el primero en morir?”

“Norris, Jose, escuchadme. Tengo un plan”.

Yolien vio que se acercaron los tres con disimulo y empezaron a hablar bajo.

“¿Qué murmuráis? ¿Un plan? ¡No os dejaré!”

Yolien se lanzó contra ellos pero no se movieron, continuaron murmurando sin apartar la vista de su enemiga.

“¿Entendido?”

“Está bien, allá vamos Kevin” confirmaron Jose y Norris.

Utilizó la sierra como si fuera una espada, tratando de hacer un sesgo vertical y llevarse a los tres jóvenes por delante. Estuvieron quietos hasta el último momento en el que se apartaron hacia los lados. La sierra se estrelló contra el césped y desgarró la hierba levantando la tierra a su paso.

“¡Primero yo!”

Kevin transformó su arma en lanza como antes y comenzó a dar leves estocadas sin demasiada fuerza, sin hacer ningún daño a Yolien. En cuanto pudo, ella retomó la ofensiva, fijando su objetivo en el comandante, que era quien la atacaba.

“¡No puedo volver a transformar mi arma! – pensó – ¡Si no, no serviría de nada!”

Optó por agacharse y la sierra pasó muy cerca de su cara, cortándole varios cabellos.

“¡Ahora yo!”

Norris realizó su patada giratoria. Saltó, puso sus piernas formando un ángulo de noventa grados y golpeó a su adversaria en su rostro humano repetidas veces mientras giraba. Con el último golpe, consiguió que perdiera el equilibrio. De nuevo, Kevin aprovechó esos segundos para dar unos cuantos golpes más con la lanza al cuerpo de Yolien, de nuevo, sin efecto.

“¡Ya está! ¡Terminé!” gritó el Comandante.

Yolien recuperó el equilibrio y volvió a utilizar su sierra, esta vez sobre Norris, al que pilló por detrás y le desgarró toda la espalda, haciendo pedazos su prenda de vestir nueva al llenarla de sangre.

“Dos menos...”

De pronto notó que alguien le agarraba. Jose estaba tumbado en el suelo, sujetando con fuerza los tobillos de su adversaria para que no se moviese.

“¡Qué demonios! ¡Apártate!”

Trató de darle una patada, pero de verdad sus pies habían quedado inmovilizados.

“Después de todo tienes algo de fuerza. Veamos si soportas un Cañón de Energía de lleno”.

Retiró la pinza de su brazo y de nuevo apareció el cilindro hueco, que comenzó a iluminarse rápidamente.

“¡Vete despidiendo de la vida!”

“¡Aquí la única que tiene que despedirse eres tú!”

Kevin estaba frente a ella, a varios metros de distancia, con la lanza en la mano, en posición para lanzarla, pero había algo diferente en ella. La hoja estaba más afilada de lo normal.

“Gracias a todos por vuestro sacrificio. Os prometo que no habrá sido en vano”.

“La punta de tu lanza – dijo Yolien – ¿Por qué está tan afilada y brillante?”

“¿No te has dado cuenta? Ha sido gracias a ti. Dijiste que tu chaleco estaba hecho de papel de lija. Mis últimos ataques no eran ofensivos sino tácticos. Únicamente estaba aprovechando los escasos segundos que tu arma te mantenía desprotegida para afilar mi arma con la lija de tu chaleco, y además debilitar así su función protectora”.

“Alguien más listo habría atacado directamente”.

“¡No! Había calculado el tiempo que tardarías en volver a atacar y no era suficiente para atacar y retirarse. Si alguno hubiéramos podido atacar a distancia habría sido distinto, pero no teníamos esa ventaja. El que se lanzara sufriría un duro golpe, la prueba ha sido el estado en que ha quedado Norris. Él se ha sacrificado para que pudiera aumentar el poder de esta lanza, y ahora acabaré contigo con ella”.

“¡Mierda! ¡Tengo que salir de aquí!”

“Lo siento pero no voy a dejar que te muevas...” le aseguró Jose.

“¡Prueba el poder la justicia sobre tu cuerpo!”

Kevin lanzó la lanza directa al pecho de Yolien. Ella, aún con las manos libres, trató de hacerle frente usando la sierra, pero fue en vano. La sierra fue cortada por la mitad y la lanza continuó avanzando hasta el centro de su pecho a toda velocidad, penetrando por delante , atravesándola y saliendo la punta por detrás. Jose soltó entonces sus piernas y ella cayó al suelo con la lanza clavada.

“Lo conseguimos. Esta vez sí lo conseguimos”.

Todos se sonrieron, en especial Norris y Eddy, que eran los que estaban heridos, mostraron una felicidad mayor.

“¿De qué os reís?”

Yolien se levantó como si nada, a pesar de llevar aún la lanza clavada en el pecho.

“No... No puede ser. Debería haberte clavado la lanza en el corazón”.

“Hmpf... Pues parece que no – dijo mientras se la extraía – Mi corazón está un centímetro más abajo del punto en el que me has alcanzado. En fin, no puedo culparte por haberlo intentado”.

Kevin estaba tan desanimado por su fracaso, que no se dio cuenta de que Yolien le había arrojado su propia lanza.

“¡Reacciona!”

Eddy despejó la lanza de una patada a escasos segundos de que atravesara la cabeza del Comandante.

“Vuestro plan ha fallado. Ahora me toca a mí atacar”.

Yolien fue directa a Norris, al ser el que más lastimado había salido del intento de atacarla. Sacó unos cuantos clavos de un bolsillo y los lanzó directos a su cabeza.

“¡Muere!”

De pronto vio que Jose se puso en medio, protegiendo a su compañero, recibiendo los impactos en la espalda.

“¡No! ¡Jose!” exclamó Norris sintiéndose culpable.

“Quita de en medio, grandullón, sino volverás a casa hecho un montón de huesos, donde te espera la puta de tu madre”.

Las orejas de Jose se movieron un instante al percibir esas palabras. Se quedó quieto, tal y como estaba, de espaldas a Yolien. Kevin, Eddy y Norris se fueron apartando poco a poco, con pasos diminutos, conteniendo la saliva y la respiración y sin hacer ruido, como si supieran lo que iba a pasar, hasta llegar a la entrada del castillo junto a David.

“¿Qué le pasa a Jose? Parece afectado” preguntó David.

“Sssshhhh – Kevin le puso un dedo sobre los labios indicándole silencio – Ahora ya no hay nada que podamos hacer”.

“Esa mujer se acaba de condenar ella sola...” comentó Norris.

“Todo ha terminado. Ahora él adoptara ésa forma... Y nada podrá pararle” dijo Eddy.

“¿Cómo? ¿Qué forma?” insistió el pequeño mayordomo.

“Tú sólo quédate con nosotros por si pasa algo fuera de lo normal, si sales ahí fuera no estarás seguro” contestó Kevin.

De pronto, la piel de Jose cogió un tono rosa oscuro muy intenso por todo el cuerpo. Además emitía vapor por los brazos, piernas y la cabeza. Se giró y mostró aquel terrorífico especto a su adversario.

“Ahí esta... – comentó Kevin – El Gia Sekando”.

“¿Qué le pasa en el cuerpo?” preguntó de nuevo David.

“Es el Gia Sekando, es un estado que alcanza cuando se cabrea de verdad. Nosotros lo descubrimos también por el mal camino – explicaba Norris – Un día estábamos en el bar tomando unas copas cuando ocurrió lo mismo”.

>>“¡Jajaja! ¡Ponme otra copa, Jose!” gritaba Eddy medio borracho.

>>“Voy a cerrar, son las tres de la madrugada. – dijo mientras limpiaba una copa – Déjate de copas... ¡y págame todo lo que te has bebido!”

>>“Venga, enróllate. Estamos celebrando el ascenso de Kevin, y para colmo es el que menos está bebiendo, ponle algo al menos a él”.

>>“Aunque no esté de servicio, mi deber me obliga a mantenerme siempre alerta – se defendió – Con lo que he bebido es suficiente”.

>>“Que rollo. Seguro que en el instituto eras el empollón de la clase” comentó Norris.

>>“Estudiar también era un deber, no un placer. Que lo hiciera no significa que me gustara”.

>>“¡Eso es que sí!”

>>“No me han ascendido por hacer el vago... Aunque a veces me gustaría vivir tan despreocupadamente como vosotros. No sabéis lo bien que vivís”.

>>“El que sí que vive bien es Jose – interrumpió Eddy – Con su bar, que puede tomar copas siempre que quiera, celebra fiestas, despedidas de soltero, y disfruta de todos los eventos deportivos gratis ¡Maldito hijo de puta! ¡Jajaja! ¡Como te envidio!”

>>De pronto escuchamos el sonido de un cristal romperse. Jose había destrozado la copa que estaba fregando al cerrar el puño con rabia. Varios pedazos se habían clavado alrededor de su puño, otros tantos seguían dentro de la palma, sangraba, pero no parecía dolerle. Su piel se empezó a volver de un rosa muy intenso y empezó a emitir vapor por los brazos y la cabeza.

>>“¿Qué te pasa tío? Estás sangrando…”

>>Jose le echó una mirada como la que echa un perro rabioso justo antes de cazar a su presa. Eddy se asustó, tragó saliva y se dio cuenta de que había cometido un gran error.

>>“¡¡¡¡¡NO LLAMES PUTA A MI MADRE!!!!!”

>>Cual león a la caza de una cebra, Jose se lanzó al cuello de Eddy llevándose la barra por delante de un manotazo. Ni siquiera los reflejos de un practicante de capoeira, un arte marcial que utiliza mucho el movimiento fluido, fue capaz de esquivarle. Le cogió, y tratamos de hacer que le soltara, primero diciéndoselo y después por la fuerza. A pesar de que éramos tres contra uno, no pudimos hacer nada. Después de casi asfixiarle, le tiró contra la mesa de billar, destrozándola por completo. No contento, cogió una mesa y se la tiró a la cabeza y después empezó a golpearle con las sillas que encontraba alrededor. Nosotros seguimos insistiendo e incluso nos abrazamos a su espalda cada uno por un lado tratando de inmovilizarle y que se calmara, pero por ponernos en medio corrimos la misma suerte. De un manotazo nos mandó a los dos hacia atrás, estrellándonos contra las botellas de detrás de la barra. Quedamos semiinconscientes por el golpe, teniendo como único contacto con la realidad, los ruidos de los golpes de Jose y los gritos de dolor de Eddy.

“Cuando recobramos el sentido Jose había vuelto a la normalidad. Temblaba de miedo por lo que había hecho y estaba paralizado ante el cuerpo de su amigo, tirado en el suelo lleno de heridas y magulladuras. Tuvimos que ser Kevin y yo quienes lo llevásemos al hospital”.

“No fue para tanto, en dos días estaba curado” se defendió la víctima, tratando de hacerse el fuerte.

“Claro, porque también te curamos con un miryoku que tuve que solicitar expresamente a mis superiores, pero como estabas medio muerto no te diste cuenta de que lo usamos. De lo contrario habrías tardado meses en recuperarte, en caso de haber sobrevivido, claro”.

“Parece que Jose siente mucho afecto por su madre, ¿no?”

“Sí, debía ser una buena mujer, aunque nunca llegamos a conocerla”.

“Aunque tengas esa pinta tan horrible – dijo Yolien – No me das ningún miedo”.

Jose le dio un potentísimo puñetazo en el costado, proyectándola a gran velocidad contra el muro. Al levantarse, Yolien se dio cuenta de que el costado que había sido golpeado estaba abollado.

“¿Cómo ha sido capaz de…?”

Cuando levantó la vista, él ya estaba allí, con aquella mirada asesina y furiosa que había conseguido descontrolarlo.

“¡¡¡¡ENTÉRATE!!!!”

Mientras hablaba, le agarró de la cabeza cuya parte era robótica y empezó a apretar. Yolien trató de analizar su fuerza con el scouter, tratando de comprender la razón de esta extraña fuerza tan repentina.

“No lo entiendo – decía mientras veía subir y subir las cifras – Un humano no debería tener tanto poder”.

La fuerza con la que Jose apretaba la parte robótica de la cabeza de Yolien empezaba a hacer efecto. Su cráneo de acero empezaba a abollarse y salían grietas en el cristal del scouter. A los pocos segundos gritó de nuevo y destrozó su cabeza, aplastándola por completo hasta no quedar más que un triste cúmulo de metal junto a su cara. Yolien contempló esa destrucción desde dentro, viendo como su visibilidad por el ojo robótico era cada vez menor, pero que las cifras que marcaba el scouter no dejaban de aumentar, hasta finalmente escuchó un crujido y todo se apagó en el lado derecho de su rostro.

“Tiene suerte de ser una máquina y no sentir dolor” dijo Kevin.

“¡¡¡¡¡TÚ…!!!!!”

Destrozada su cabeza le agarró con una mano por el cuello y con la otra un brazo. De nuevo, comenzó a apretar, en esta ocasión a la altura de la articulación, hasta que la destrozó y el antebrazo quedó colgando inerte.

“Cada vez golpea con más fuerza… Ya ha anulado la mitad de mi cabeza y mi brazo mecánico. El otro contiene la mano humana, no puedo arriesgarlo a lo tonto. Sólo puedo atacar con las piernas”

Intentó dar una patada a la desesperada pero Jose ya había visto sus intenciones y posó su pie sobre la rodilla de la pierna con la que iba a atacar.

“No irás a…”

“¡¡¡¡¡¡ERES LA ÚNICA…!!!!!!

Le sujetó un hombro con cada mano para evitar que escapara y después presionó con fuerza la rodilla de Yolien, primero rompiendo la articulación, después continuó pisando hasta que su adversaria cayó al suelo por no poder mantenerse en equilibrio, donde Jose terminó su trabajo aplastando y removiendo a la vez hasta que la pierna se desmembró por su cuenta, dejando a su paso un enjambre de cables, hilos de metal y un charco de líquido azul oscuro.

“Eso es sangre, ¿o es aceite?” bromeó Eddy.

Con todo, Yolien no se daba por vencida, y trataba de ponerse en pie de nuevo, a pesar de sus escasos puntos de apoyo.

“Sé que es un enemigo, pero… Me da pena – se compadeció Norris – Es una muerte demasiado humillante”.

“Espero que acabe pronto – dijo David – No me gusta ver a Jose así”.

Kevin vio que Jose llevaba el brazo hacia atrás y empezaba a darle vueltas para calentarlo mientras su debilitada rival aún seguía tratando de levantarse.

“¡¡¡No te levantes!!! ¡¡¡Agáchate!!! ¡¡¡¡¡¡Agáchate!!!!!!” le gritó.

Yolien estaba demasiado ocupada tratando de averiguar como vencer a Jose como para escuchar a un enemigo, por lo que hizo caso omiso de su advertencia y terminó de levantarse, quedando sobre una pierna y apenas con equilibrio.

“¡¡¡¡¡¡PUUUUUUUUUUUUUUUUUUTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!!!!”

Jose lanzó un puñetazo que Yolien vio como un asteroide que desciende de los cielos liberando toda su fuerza. En aquél momento, la expresión del rostro de Jose era única. Aparte de la piel rosa intenso y el vapor que salía de su cabeza, se le marcaban las venas en la frente, sus ojos estaban en blanco, sudaba por toda la cara y gritaba una vocal sostenida con la boca bien abierta, esputando todo su aliento contra su adversaria a la vez que le mostraba sus afilados dientes que simulaban las fauces de un lobo y un fino hilo de baba unía la parte superior e inferior de su dentadura.

Atacó justo al centro de su pecho, atravesándolo con total facilidad y llevándose por delante los tres órganos que la mantenían con vida, su corazón y los dos pulmones. Además de arrastrar eso, también se llevó consigo un montón de vísceras que quedaban por dentro así como los hierros sueltos del interior que arañaron su brazo, algunos arrancándole la piel, y otros quedándose clavados en ella.

Yolien se quedó quieta, inmóvil, mirando a la nada mientras todo se apagaba en su interior. Jose fue dejando que el cuerpo se desprendiera sólo hasta caer al suelo. Entonces vio su brazo lleno de sangre, aceite, hierros y vísceras y le dio un lametazo de abajo a arriba, dejando una franja totalmente limpia.

“¡NADIE llama puta a mi madre!”



Gia Sekando = Del inglés Gear Second (Segunda Marcha)

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Es curioso que lo diga el que no tiene ninguna posibilidad tiene de vencerme”.(posibilidad de, sobra el segundo tiene)
con dos palos atados formando una cruz calvados en ella(clavados)
Prueba el poder la justicia sobre tu cuerpo!”(de la justicia)
Ok ya esta leido,ha estado bien el capitulo aunque sigo pensando lo de la semana pasada respecto a que no sabemos nada de peter gabriel ni arturo en la isla perdida esa y me resulta mas interesante aquello que esto, pero claro esta que habia que acabar la otra parte si es que ha acabado jeje
Venga un saludo a todos
Jon

Anónimo dijo...

Pienso lo mismo que Jon, hay otras partes más interesantes la verdad y por cierto... ¿qué ha pasao con reik? Se que se piro pero dnd sta????

Dani Lopez