domingo, 12 de abril de 2009

Episodio XC

Nueva decena, ya queda menos para el episodio 100!!! Habrá especial??? No sé, toca después de los exámenes, así que ya lo pensaré, estaría bien llegar al 490 para hacer la gracia XD (lo pilláis???) pero lo dudo...

Título: Hero Come Back

Tamaño: 8

Dedicado: Al que sale al final del todo.

Episodio XC





E

l caballero de la rosa empezó a examinar la torre cuidadosamente, tocándola, observando al detalle, acariciándola, con un interés y una dedicación tan grandes que parecía que comprendía los sentimientos de la estructura.

“Ya lo entiendo... Como la torre es un conductor de energía, la energía de la pared de la barrera que traslada al interior también envuelve un poco la torre, por eso es tan resistente aún siendo de madera... Sin embargo – pensó viendo el agujero que había hecho su rosa negra – esa energía es mínima, simplemente es la energía que se pierde en el proceso porque el sistema no es perfecto, o porque se ha deteriorado con el paso de los años, así que la torre no es para nada indestructible”.

Después de examinarla, desenvainó su espada y apuntó hacia la torre sonriente.

“¿Qué piensas hacer?” Preguntó Fidel.

“Voy a... tirar esta torre”.

“¡Eso ya me lo figuraba! ¡Lo que quiero saber es cómo! ¿No has visto que todo es inútil? Mi Caos Arenoso tiene un poder inigualable y no ha servido para nada. Sería mejor esperar a que alguno de los demás grupos derribe una torre, nosotros ya hemos perdido”.

“Creía que eras tú el que nunca se rendía. Sólo calla y observa”.

Fue hasta la entrada de la torre sin llegar a pisar el interior y clavó su espada en el suelo justo en el límite que separaba la entrada del exterior.

“Una cosa más. Si dices a alguien algo de lo que vas a ver a partir de este momento... Yo mismo te mataré. Y no estoy hablando por hablar. Te agarraré del cuello y apretaré y apretaré... hasta que mueras asfixiado. ¿Entendido?”

“Entendido... gulps” dijo tragando saliva.

“Bien, allá voy...”

Fidel y Alá observaban con atención, pensando qué iría hacer el caballero de la rosa en aquel momento

“¡¡¡¡Ore ni genki wakete kure!!!!” gritó con todas sus fuerzas.

De pronto su aspecto cambió ligeramente, su iris se volvió amarillo y sus pupilas cambiaron de ser redondas a ser rectángulos con los vértices redondeados. Además, sus párpados y el contorno de sus ojos se volvieron de un rosa intenso. En ese instante su espada comenzó a brillar con gran intensidad, acumulando una enorme cantidad de energía.

“¿Qué esta pasando? ¿De dónde sale toda esa energía?” pensaba Fidel.

“¡¡¡¡¡¡Gyaaaaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhh!!!!” gritó el caballero de la rosa y levantó de repente la espada como si diera un corte desde abajo.

La energía que había transferido a la espada se liberó en forma de una salvaje onda de energía blanca que simulaba la impresión de un alud bajando por una montaña, sólo que hacia arriba. La corriente de energía fue destrozando la pared de la torre según avanzaba hasta que consiguió cortarla por la mitad de forma simétrica. Finalmente, ascendió hasta chocar con la pared de la barrera, la cual ya no pudo destruir, provocándose una enorme explosión por el choque cuya onda expansiva terminó de derrumbar la torre, acompañándolo todo de un fuerte viento y una nube de polvo y arena que obligó a los expectantes Fidel y Alá a cubrirse la cara durante algún instante, sin querer perderse ni un solo detalle de lo que allí acontecía. Cuando todo acabó, Gabriel estaba cubierto de la arena y el polvo que su propio ataque había producido, y se sacudía para limpiarse mientras aún seguían cayendo trozos de la pared de torre y astillas de arena.

“¿Veis? Ya está – dijo, habiendo regresando ya a su aspecto natural – Una torre menos”.

Jonyo observaba atónito el cuerpo de Hilda, recubierto de aquella extraña aura negra, y que hablaba con una extraña voz doble.

“¡No puede ser! ¡Tiene que ser un truco! – Gritaba confuso el caballero del rayo, tratando de engañarse a sí mismo – ¡Mi maestro está muerto! ¡Murió heroicamente llevándose consigo a Fósil! ¡Todos vimos la explosión!”

“¡Nadie ha dicho lo contrario, pequeño Jonyo! Yo estoy muerto, como dices, es gracias a Hilda que me ha prestado su cuerpo que puedo estar aquí ahora, hablando contigo. Me invitó para ver cómo te habías desarrollado y pensé que sería una buena idea volver a verte, pero nunca esperé que siguieses siendo tan débil”.

“¿Me estás diciendo que esto es una posesión? Seguro que hay una explicación. Antes has dicho que has hecho algunas averiguaciones, si has conseguido averiguar quien era mi maestro, no sería de extrañar que también supieras todo lo demás”.

“¡Idiota refugiado en tu enanismo mental! ¡¿No has visto que el anulado tu patético ataque?! ¡Eso no se puede averiguar!”

En ese momento lo recordó. Recordó la facilidad con la que había anulado el ataque que le dio la victoria sobre Eddy en los Juegos de Petoria, que le había ayudado en muchos otros combates, y del cual estaba muy orgulloso.

“¡Está bien! No sé cómo ni por qué, pero al parecer estoy luchando contra mi antiguo maestro, lo aceptaré. Pero hay una cosa que no pienso aceptar, ¡y es el hecho de no haber mejorado! ¡Te lo mostraré! ¡Ataca!”

Hilda poseída puso a prueba las palabras del caballero del rayo, y se lanzó al ataque portando de nuevo como única arma la pequeña rama. Según se acercaba, vio como Jonyo cerró los ojos y se quedaba quieto.

“Interesante... ¿en qué estará pensando?” pensaba el espíritu de Andrés.

Redujo la velocidad por prudencia y trató de idear una estrategia, pero el caballero seguía impasible, con los ojos cerrados.

“¡Vamos! ¡No dudes! – exclamó sin abrir los ojos – ¡Ataca!”

Su difunto maestro le hizo caso y atacó sin dudar, pretendiendo golpear con la rama en la cabeza a su antiguo alumno. Para su sorpresa, él le esquivó sin abrir los ojos. Se detuvo tanto tiempo de la sorpresa, que al caballero le dio tiempo a darle un rodillazo en el estómago para que reaccionara. Al ver que no había sido suerte, retomó la ofensiva y el caballero fue evitando todos los golpes hasta que su oponente se cansó y optó por retirarse.

“No está mal, parece que algo sí que has mejorado”.

“Puedo captar tus movimientos a través de los impulsos eléctricos que emite tu cuerpo al mover los músculos, y no sólo al moverse, respirar, apuntar, o mover los ojos también requiere electricidad que yo puedo percibir”.

“Que interesante”.

“Aún hay más, aunque una persona oculte su energía yo siempre podré localizarla, porque pensar también genera electricidad en el cerebro. El problema es que aún no puedo usarlo y combatir al mismo tiempo, requiere mucha concentración”.

“Aún así, me gustaría ver hasta donde llega tu poder. Vuelve a hacerlo, si eres tan amable”.

“Mira cuanto quieras” dijo Jonyo y cerró los ojos para concentrarse.

Su oponente le lanzó la rama, esperando que no fuera capaz de detectarla. El caballero del rayo estuvo quieto hasta el último momento y finalmente desenvainó su espada y cortó la rama en el aire.

“Buen intento, no eres el primero que lo intenta. La rama no tiene energía ni genera electricidad, pero tus dedos y tu brazo al lanzarla sí, y por la posición de los mismos, puedo saber en que dirección la mandas y a que velocidad”.

“No está mal, es una buena técnica, pero tiene un punto débil bastante evidente. Si tu velocidad no es considerablemente mayor que la de tu adversario, saber sus movimientos no te ayudará, porque no podrás reaccionar en un espacio de tiempo tan pequeño, ¿no te habías dado cuenta?”

Jonyo asintió con la cabeza.

“Por tu cara, me da que lo averiguaste por el peor camino, seguramente ya te ha pasado en algún enfrentamiento”.

Un leve terremoto sacudió la zona, interrumpiendo la conversación. Los dos se pusieron a girar buscando el origen hasta que vieron un pequeño resplandor que venía del sureste.

“La tierra tiembla... ¿qué está pasando?”

“La primera torre ha caído – dijo la doble voz, pero sobreponiéndose la de Hilda – Tus compañeros han tenido éxito”.

“Gabriel y Fidel han derribado la primera torre... – pensó – He de me reunirme con ellos lo antes posible, que hayan conseguido pasar esta etapa no significa que vayan a llegar airosos hasta el final”.

“Tus amigos avanzan, y tú sigues aquí perdiendo el tiempo – volvió a decir la doble voz, pero sobreponiéndose la de Andrés – Yo no te entrené para que fueras tan inútil”.

“Ya me estoy cansando de tus tonterías, a ver si puedes evitarlo de nuevo ¡Ligthing Plasma!”

Volvió a mover la rama como si fuera una hélice, pero esta vez en de anular el ataque, lo devolvió contra el caballero, que fue electrocutado.

“¡¡¡Aaaaarrrrrggggghhhh!!!” gritaba mientras duraban los efectos de la electricidad.

“Esto sí que no me lo esperaba, ni siquiera puedes controlar tu propio elemento...”

“No es que no sepa – se defendió el caballero mostrando un aspecto algo tostado, una vez pasados los efectos de su ataque – Es que no se puede a menos que seas un logia. Y que yo recuerde, sólo Duckman lo era”.

“¿Lo era? ¿Por qué hablas en pasado? Bueno, no importa. No te hablo del nivel de Duckman, ser capaz de fundirte con tu elemento y que los ataques físicos no te afecten, simplemente se trata de que tu propio elemento no te dañe”.

“El fuego quema a Arturo, el hielo congela a Reik, las espinas de las rosas pinchan a Gabriel, el agua ahogaba a Isabel y a mí, el rayo me electrocuta”.

“Vaya, esto sí que no me lo esperaba, que tú no te hubieras dado cuenta no me sorprende, pero que entre todos ninguno se haya dado cuenta si que me decepciona totalmente”.

“¿Quieres decir que es posible?”

“Por supuesto. Necesitas mejorar, y para eso estoy yo aquí”.

Peter mantenía la espada de Arturo con las dos manos, mientras pensaba una manera alternativa de derrotar a su divino oponente.

“Puede que no sepa cómo responder a sus insultos, ¡pero puedo insultarle yo a él! Estoy seguro de que él tampoco sabrá hacerlo” pensaba seguro de sí mismo.

“Vamos, Peter...” le animaba el caballero del fuego en sus pensamientos.

“¡Me das ganas de vomitar!” gritó Peter.

“Me haces pensar que alguien ya lo ha hecho”.

La respuesta paralizó a Peter durante unos instantes, en los que pudo ver cómo el Hijo de Dios se acercaba y le asestaba un corte en un brazo. Peter soltó la espada y presionó la herida con la mano durante un momento, y cuando retiró el brazo ya no había herida, pero su mano se había manchado de sangre.

“Me equivoqué... No tiene problema en devolver los insultos de los demás... pero no puedo darme por vencido”.

“Lo que imaginaba, eres tú mismo el que te curas. Sabía que si te tiraba de nuevo al suelo no podría comprobarlo, por eso sólo te he cortado en el brazo”.

“Ahora que me has descubierto, no tengo problema en decírtelo. Sí, puedo curar mis heridas y las de los demás, lo que significa que no puedes ganar. No importa cuantas veces logres cortarme, no servirá de nada”.

“¿Tú crees? Sólo hay que verte para darse cuenta de la cantidad de energía que gasta esa técnica de curación. Llevas jadeando desde mi segundo ataque. Aunque tu cuerpo esté sano, no significa que esté en plenas condiciones. Calculo que cada vez que te curas, equivale al cansancio que producen cinco minutos corriendo. Y cuando alguien empieza a correr sin parar, ¡¡llega un momento en que cae rendido!!”.

“¡Entonces te venceré antes de que llegué ese momento!”

“¡Pues empieza devolviendo esto! ¡Si tu hermana es como tú, mejor casarse con un cerdo!”

“¡Sólo tengo un hermano pequeño, y aunque fueras gay no te dejaría casarte co...!”

Antes de que pudiera terminar la frase, Peter ya tenía la espada Kusanagi clavada en el costado. JesuCristo la mantenía clavada, así que tuvo que ser el mismo Peter el que la sacara agarrando la hoja con sus propias manos.

“¡¡Peter!!” exclamó preocupado el caballero del fuego.

El presidente cayó de rodillas y comenzó a presionar la herida con todas sus fuerzas, mientras se mordía la lengua para no gritar de dolor.

“Supuse que si te clavaba la espada en vez de cortarte necesitarías más energía para curarte, así que lo puse en práctica – decía con total frialdad mientras veía como la herida desaparecía de repente – Creo que he acertado”.

Peter volvió a levantarse tras curar su herida, con la intención de tomar la iniciativa.

“¡Ahora me toca a mí! ¡Eres demasiado bobo para mi nivel de inteligencia!”

“Estaría acabado si la usases alguna vez...”

JesuCristo volvió al corte horizontal, pero esta vez acompañó el ataque de un empujón con la espada, y lanzó a Peter fuera de la torre con el impacto, atravesando la entrada. El presidente cayó de cabeza y se hizo una herida en la frente.

“¡¡Nooo!! ¡¡Está vez te has pasado!!”

El caballero del fuego no pudo aguantar más y salió corriendo al exterior a socorrer a su compañero. Para su sorpresa, cuando llegó para ayudarle, él ya estaba curado.

“Peter, detén esta locura, ¿no ves que no puedes ganar?”

“¿Qué haces aquí, Arturo? Mantente al margen... – dijo mientras se levantaba y agarraba de nuevo la espada – Ganaré este combate cueste lo que cueste...”

“El chico tiene razón – comentó el sacerdote, que había salido detrás del caballero y acababa de llegar – Tal vez esto sea demasiado para ti. Deja que él se encargue”.

“No... Lo haré yo, o moriré en el intento...”

“Perdona por no invitarte a salir de la torre de buenas maneras – dijo el Hijo de Dios mientras salía él también de la torre – Pero supuse que te negarías, y no quería que la torre, un lugar sagrado para mi pueblo, se manchase con tu sangre. Pero luego me di cuenta de que te curabas antes de que la sangre cayera al suelo, así que decidí que no quería que se manchase la alfombra con el barro de vuestros zapatos, por eso te eché yo mismo”.

“Gilipollas...”

“Veo que sí que hay insultos que se te dan bien”.

Sin seguirle el juego, Peter hizo signos a Arturo ya Shinkan para que se alejaran y le dejaran continuar.

“Ver mi espada clavada en tu cuerpo me ha dado una idea para un insulto, a ver que te parece... ¡Llevarás mi espada como si fuera un pincho moruno!”

“¡Prefiero los perritos calientes!”

Antes de que se diera cuenta, JesuCristo ya había atravesado su pierna con la espada. Al sacarla, Peter no fue capaz de mantenerse en pie y cayó al suelo retorciéndose de dolor.

“¡Ya no aguanto más!”

Arturo se interpuso de repente entre Peter y JesuCristo, recogió su espada y apuntó a su enemigo con un tono amenazante.

“Enfréntate a mí ahora”.

“¿Tan poco respeto por los sentimientos de tu compañero que sales en su ayuda sin su consentimiento?”

“¡La vida es más importante que todo eso! ¡Cada palabra que sale de tu boca es una estupidez!”

“Quería asegurarme de que estuvieras a gusto conmigo”.

Arturo notó cómo se quedó paralizado con aquella respuesta, y cuando quiso reaccionar el Hijo de Dios ya le había hecho un corte en la espalda.

“¿Lo ves? Aunque seas el caballero del fuego, y aunque no trataras de batirte conmigo con insultos, puedo dar una respuesta a cualquier cosa que digas como si lo estuvieras haciendo. No tienes más oportunidades que tu amigo, déjale continuar”.

“A ver si puedes con esto” dijo cargando una onda de energía en cada mano.

“¡Detente Arturo!”

Peter sujetaba el brazo del caballero con una mano, impidiéndole continuar, y con la otra la curaba la herida de la espalda disimuladamente. En su pierna únicamente había ya un agujero en los pantalones cuyo reborde era rojo.

“¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? ¡Este es mi combate!”

“¡Entonces al menos lucharemos juntos!”

Un extraño terremoto interrumpió la conversación. Notaron un suave resplandor que venía del otro lado de la isla, pero se desvaneció al instante.

“¿Qué está pasando?” se preguntó Arturo.

“La primera torre ha caído – dijo Shinkan sujetando su boina con fuerza como si rezara – Ha sido en Tolbi, el clan StormReaver ha debido ser derrotado por vuestros amigos”.

“Eso quiere decir que no sois tan débiles como parecéis, o que los otros líderes no son tan fuertes como ellos se creían. De cualquier manera tengo que acabar con vosotros antes de que Seagram venga a acabar con mi pueblo”.

“¡Nosotros nos encargaremos de Seagram! ¡¿Por qué no puedes confiar en nosotros?!” le gritó el caballero del fuego.

“Pero si ni siquiera sois capaces de vencerme a mí, ¿cómo esperáis que crea algo así? Si me derrotáis, confiaré en vosotros, pero hasta entonces, ésta será mi posición” dijo y se colocó en posición de ataque, personificando sus palabras.

“¡Ahora que sabemos que Gabriel y Fidel están avanzando, nosotros no podemos quedarnos atrás! ¡Te ganaré, Hijo de Dios! ¡Mi lengua es más hábil que cualquier espada!”

“¡Primero deberías dejar de usarla como un plumero!”

Esta vez fue un corte en diagonal de abajo a arriba que le cruzó todo el pecho, tirándole al suelo de nuevo. Arturo hizo auténticos esfuerzos por no salir de nuevo en su ayuda, pero quiso respetar la voluntad de su compañero.

“Tranquilo, joven – le tranquilizó el sacerdote posándole la mano en el hombro – Él lo logrará...”

Aquél último ataque de JesuCristo había conseguido que Peter llegara a su punto de inflexión y empezara a cansarse notablemente. Trató de levantarse del suelo, pero al hacerlo le temblaron las piernas y cayó de rodillas.

“No sé que técnica de auto regeneración utilizas para que ni siquiera llegue a ver tus heridas, pero lo que está claro es que, como te dije antes, su eficacia tiene un alto coste de energía para tu cuerpo. Si continuas así, será la primera que derrote a alguien sin derramar su sangre”.

“Métete en tus asuntos, haaaaa, haaaaaaaaa – jadeaba tratando de levantarse de nuevo – Tengo que ganar sea como sea, no importa lo que me pase”.

Peter hizo un esfuerzo por levantarse, pero de nuevo volvió a caer de rodillas, sus fuerzas fallaban y estaba a punto de echarse a llorar.

“Nunca pensé que te vería arrodillado frente a un enemigo” dijo una voz.

“Esa voz...” dijo Peter.

“No puede ser...” dijo Arturo.

En la cima de la torre, con una pierna apoyada en una de las rocas de la terraza y echando una calada a un cigarro, el caballero del hielo observaba con seriedad el combate, mientras la brisa de la mañana ondeaba sus cabellos.



Ore ni genki wakete kure = Dadme vuestra energía

2 comentarios:

Dani Lopez dijo...

madre mia esto esta en el mejor momento!!! =D. Ya caen las torres, algunos mueron, otros aparecen esto esta de lo mas interesante.

Gracias por la dedicatoria ^^

Jon dijo...

Weno weno quien ha vuelto a escena,esto se pone muy interesante,quiero ver como continua el domingo que viene y me gusta eso de que me enseñen o me entrenen,porque parece que me estoy quedando algo atras,por cierto me ha gustado la frase que has puesto en el episodio anterior "¿pero que coño?,la suelo decir muy amenudo jaja
Veis? Ya está – dijo, habiendo regresando ya a su aspecto natural (habiendo regresado)
He de me reunirme con ellos lo antes posible, (he de reunirme)
pero esta vez en de anular el ataque, lo devolvió contra el caballero, que fue electrocutado.
(pero esta vez en vez de)
Peter hizo signos a Arturo ya Shinkan para que se alejaran y le dejaran continuar.
(y a shinkan)
Un saludo a todos