martes, 28 de agosto de 2012

Episodio CXLII


Todo principio tiene un final, y este es el principio del fin de Los Caballeros. Hoy comenzamos en volumen cinco y último. Me molaría que esto no fuese así y que simplemente fuese una nueva saga, pero sin gente ya sabéis que esto se hunde, y con todo esto me ha limitado mucho la historia. Me hubiera gustado que Mireia ganara alguno de sus combates, que todos los que ha hecho los ha perdido, y el que le queda... bueno... el que le queda digamos que ojalá sólo fuese a perderlo xD Que el Caballero Negro hubiese seguido absorbiendo los elementos oscuros poco a poco, a lo sumo uno en cada saga, y no como lo va a tener que hacer ahora... También me hubiera molado tener más gente para no tener que tirar tanto de personajes de volúmenes anteriores, que a mí me gusta que sigan saliendo, pero se ha notado perfectamente las veces que ese reciclaje estaba preparado y cuando ha sido algo forzado :/ Y por supuesto, también habría estado bien tener más sagas para hacer una evolución de los personajes más lenta y progresiva.

Pero bueno, aun queda todo el volumen cinco y ahí más cosas que contar. Por ejemplo, la peña es gilipollas, en serio... No se dan cuenta de lo que dejan por ahí en Intenet. Estoy haciendo la ronda de fotos para el Anexo de personajes de Tales of Los Caballeros, y bueno, vosotros vale, que tenéis el facebook de Los Caballeros en amigos, pero es que el resto... ¡me ha dado exactamente igual! La peña tiene mogollón de fotos en público y gente como Fidel, como Adri el de 4º o incluso la chavalilla esa que estaba tan buena del pasillo de enfrente que metí sin permiso, ¡todos! Todos tenían abiertas cosas suficientes como para pillar una foto medio decente xD Los dos o tres que no he podido pillarles foto no es porque las tuvieran privadas, sino porque no tenían foto de perfil (se entiende de los que tienen facebook). Hasta del Mesa podía pillar si quería pero las nuevas eran peores que la actual así que me he quedado con la misma xD En fin, un consejo, tened cuidado con lo que colgáis.

Y ahora es momento de hablar de lo que comenté en el pasado episodio, sobre la compensación. Quiero que si algún día alguno de estos que han dejado de leer y que volverán a hacerlo "un día de estos" si se les ocurre hacerlo, se arrepientan de por vida de no haberlo ido leyendo, por lo menos, volumen a volumen. No voy a publicar el último capítulo de Los Caballeros. No es que no lo vaya a hacer, simplemente no lo voy a colgar aquí para que cualquiera pueda leerlo, ni voy a incluirlo al final del volumen que empieza hoy. El último capítulo será un capítulo aparte que únicamente se facilitará a aquellas personas que, a la hora de publicarlo, estén al día con la historia. Sobre si esto vale la pena o no, sólo digo que mi otro blog, el de descargas, que cayó por el efecto MegaUpload, ha sido renombrado como Ese Gran Final, y allí analizo el final, y sólo el final de todos los videojuegos con modo historia que me paso. Es tan sólo una muestra de cuan importante es el final de las cosas y de que me voy a ocupar personalmente de que el final de Los Caballeros (que empecé en 2008) sea tan asquerosamente impresionante que quien no lo pueda leer se arrepienta de por vida xD

Como hacer esto sin avisar es una putada, voy a contarles esto a esas dos o tres personas que al menos dicen que leerán "cuando tengan tiempo" porque vamos, de aquí hasta que salga el último capítulo hay tiempo de sobra de leer todo si hace falta, (pero vamos que no va a servir de nada igualmente xD) El método de distribución exclusivo del último capítulo se desvelará más adelante, pues estoy dudando entre uno u otro en el caso de que alguno estos de verdad se ponga al día o no.

Un saludo y os dejo con el primer capitulo de la saga final de Los Caballeros! :) El siguiente antes del día 9 que empiezo la uni el 10.

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Episodio CXLII
A
l mismo tiempo que abría los ojos suavemente, el caballero de la tierra estiraba los brazos tras despertar de su pequeño letargo. Levantó el torso, bostezo, y entonces sintió algo en la cabeza y la espalda. Se llevó la mano hacia atrás y para su sorpresa, descubrió que estaba manchado de tierra. Algo no iba bien, y no iba a tardar en descubrirlo. Enseguida se dio cuenta de que no estaba en el mismo sitio que cuando cerró los ojos en el barco. Se encontraba en medio de la nada, en un páramo desierto sin más vida que una lagartija que correteaba entre las rocas. El sol pegaba fuerte, aunque de vez en cuando alguna nube lo cubría, dando unos minutos de respiro a los seres vivos que poblaban el lugar. Fidel estaba solo, desorientado, no recordaba cómo había llegado hasta ahí, hasta llegó a pensar que seguía soñando y se dio un pellizco en la mejilla, consiguiendo únicamente hacerse daño.

“Al fin te despiertas” le dijo una voz.

Fidel miró hacia arriba y una figura descendió del cielo y se posó frente a sus ojos. La figura de alguien que conocía muy bien, Arturo, el caballero del fuego.

“Tú…”

“Hola Fidel”.

“¿Qué hacemos aquí? ¿Qué ha pasado?”

“¿Qué es lo último que recuerdas?”

“Ummmm…” pensó Fidel, que hizo memoria para tratar de recordar los últimos acontecimientos.

>>Llevábamos varios días navegando sin descanso. Según Peter, ya estábamos muy cerca de Konoha. Vimos una isla a lo lejos, y pensé que quizás por fin habíamos llegado. Seguía sin fiarme de que me dejaras tranquilo tan fácilmente, así que quería salir lo antes posible para no dejarte tiempo para actuar. Además, en ese momento no estabas en la cubierta, tan sólo estábamos Reik, Peter y yo. Gabriel se había pasado toda la noche mirando las estrellas y ahora estaba durmiendo, Jonyo se había bajado a desayunar, el viejo estaba rezando, y tú… Tú no sé donde estabas, aunque tampoco me importa, la verdad.

>>“Es ahí, ¿verdad? – pregunté muy efusivo – ¡Ya hemos llegado!”

>>“Imposible” me aguó la fiesta Reik.

>>“Ya hablo el listo – le dije – ¿Y por qué no? Si puede saberse…”

>>“Por el mismo motivo que las otras cinco islas que hemos pasado ya – me contestó en muy mal tono – No se siente ni una pizca de energía procedente de la isla, ¿cómo va a ser ahí? Deja de preguntar cada vez que se vea algo en el horizonte, que cuando lleguemos, te enterarás enseguida, y no sólo tú, todos, a causa de la energía de Mesa y el resto”.

>>“Bueno vale pero tranquilito, ¿eh? Que ya no soy el mismo de antes. Ahora si me tengo que inflar a hostias con cualquiera de vosotros lo hago”.

>>“No hace falta que lo digas dos veces. Estoy deseando usar mi nueva técnica en alguien que no sea yo” me contestó, aunque nunca supe a qué se refería con eso último.

>>“Dejadlo ya los dos – nos detuvo Peter – Tenemos cosas más importantes por las que preocuparnos. Ya van cinco islas desiertas, ¿no es un poco raro?”

>>“No estaban desiertas – habló Reik – Recuerda que bajamos en la segunda a comprar comida porque ahora somos más que nunca y aquí nadie colabora… Pero eso es otra historia, el caso es acuérdate de que no estaban desiertas y pudimos comprar la comida que necesitábamos”.

>>“No la compramos, la robamos, Reik. No es lo mismo” se ve que a Peter eso le dolió, ni que no se hubiese llevado maletines cuando era Presidente, lo que hay que oír.

>>“Nosotros queríamos pagar, pero nadie los reclamó el dinero. No es culpa nuestra. Gente había”.

>>“Claro. Estaba clarísimo que el esqueleto del dependiente que había tirado en el suelo con la ropa puesta nos iba a sacar el ticket de compra, ¡y lo mismo en todas las tiendas que entramos! ¡Y por la calle! ¡Por toda la ciudad!”

>>“Pero tenemos la comida, que es lo que fuimos a buscar, ¿no? Y a un precio inigualable”.

>>“¿Es que no te importa lo que está pasando? Han arrasado cinco islas y han acabado con todos sus habitantes”.

>>“No había signos claros de violencia en la ciudad en la que nos bajamos. Ni edificios destruidos, ni ventanas rotas, ni escaparates destrozados. Ni siquiera un triste coche volcado o bichos en la comida. Todo estaba bien. La ciudad conservaba su iluminación, los semáforos funcionaban, los paneles publicitarios también, todo estaba bien salvo la gente, ¿por qué no puedes pensar que haya sido una epidemia?”

>>“Deja de vacilarle, Reik – Jonyo apareció, volvía de desayunar – Una epidemia causada por un virus habría acabado también con la comida, y desde luego, no habría hecho que los cuerpos se descompusieran tan rápido. Sólo recuerda lo que tú mismo has dicho. Todo estaba bien. La ciudad no estaba en ruinas ni sucia, y la ropa de la gente tampoco estaba andrajosa. Sea lo que sea lo que ha pasado, ha sido muy reciente, hace muy pocos días. A mí sólo se me ocurre una posibilidad”.

>>“¿Y cómo estáis tan seguros de que ésta en concreto está deshabitada? – pregunté inocentemente – ¿No podría ser que con el rollo ese del umbral mínimo no sintáis la energía de la gente y por eso lo pensáis?”

>>“¡Idiota! ¿Es que no has aprendido nada? – Me volvió a hablar Reik de mala manera – Con las ciudades se da el mismo efecto que con Konoha. Debido a la alta densidad de personas en un mismo lugar, sus energías, al ser de una intensidad similar, se mezclan y al percibirlo tienes la sensación de que hay un suave manto de energía cubriendo la zona”.

>>“Pero a todas las ciudades hasta ahora podíamos ir volando sin problemas”.

>>“Claro, porque aunque sea mucha gente, las energías son muy débiles y no nos causan problemas. Para que se diera el mismo efecto que en Konoha, tendría que haber varios millones de habitantes. Para que te hagas una idea, Petoria tenía más de tres millones y medio, pero seguía sin suponernos problema”.

>>“Bueno, creo que ya me he cansado de hablar – dije finalmente – Todos estos rollos de islas muertas me dan igual, yo sólo quiero llegar cuanto antes para matar a Mesa. Me voy a echar la siesta, despertadme cuando lleguemos”.

>>Nadie me dijo nada más. Había una hamaca en un extremo de la cubierta, la de arriba. No sé si era la de proa o la de popa, nunca supe cual era cada una. La de atrás, para que me entiendas. Me quedé mirando el cielo, pensando en mis cosas, mientras escuchaba el sonido de las olas del mar, y antes de que me diese cuenta ya me había dormido.

“Después, me desperté aquí”.

“Vale, sólo quería saber si recordabas algo más después de ese punto”.

“¿Por?”

“Verás… Fui yo quien te trajo aquí cuando estabas durmiendo”.

“¿Qué? ¿Pero de qué cojones vas, tío? ¿Me has secuestrado? ¿Dónde coño estamos?”

“Estamos en la isla que pasamos cuando te echabas la siesta. Como tardabas tanto en despertar fui a dar una vuelta por la zona. Al parecer, este lugar se llama Narshe. La ciudad está un poco más allá, al oeste de aquí, pero está igual que la que bajamos a comprar. Muerta”.

“Ya dije que me dan exactamente igual todas las islas, sólo quiero llegar a Konoha cuanto antes. Quiero irme de aquí, ¿dónde has escondido el barco?”

“El barco está allí – señaló con el dedo hacia el este – Y puedes irte cuando quieras”.

“Perfecto – Fidel tuvo que agudizar la vista para encontrar el barco, la playa era muy larga y estaban bastante lejos de ella – Pues hasta la vista, ¡y no se te ocurra volver a hacer algo así!”

“Espera, ¿no quieres saber por qué te he traído hasta aquí?”

“Ya lo sé, Arturo. Eres bastante predecible, ¿sabes? Y no me apetece que me des la charla otra vez. Ya te dejé claro que no vas a convencerme, así que adiós”.

“No quiero convencerte. Tan sólo quiero contarte la verdad”.

“¿La… verdad? – el caballero de la tierra decidió darle una oportunidad a su antiguo amigo – Está bien, habla”.

“Sé que crees que te he estado mintiendo durante todo este tiempo, porque te dije que si no te convencía perdía mis poderes, pero como te dejé en paz y me has visto seguir utilizándolos, piensas que todo fue un truco”.

“Suele pasar… ¿Algo más?”

“¡No te mentí! De verdad que si abandono la idea de hacerte cambiar de opinión, perderé mis poderes. Es sólo que ese día no cambié de opinión sobre el tema, sino sobre la manera de convencerte, y por eso estamos aquí”.

“Pues ya has visto que ahora tampoco te ha salido bien. Hala, me largo”.

“Esa noche fui a ver a Peter y me dio esto – sacó un cristal con una forma extraña, que emanaba una luz verde muy intensa – ¿sabes lo que es?”

“Ni lo sé ni me importa, te he dicho que me voy”.

“Has dicho que me escucharías, así que cumple tu palabra. Este tipo de artefacto de cristal se llama miryoku. Los hace Peter, y al parecer, se pueden meter técnicas dentro de ellos, que se liberan cuando rompes el cristal. Durante la batalla entre Kevin y los demás contra el Caballero Negro en Petoria, se salvaron de morir a manos del Getsuga Tenshou gracias a que tenían varios de estos cargados con energía curativa de Peter. Normalmente tienen forma esférica, pero este es especial, tiene dos técnicas en su interior, entonces es inestable y su forma es irregular. Peter lo hizo expresamente para mí”.

“Peter sólo sabe hacer dos técnicas, las barreritas esas que no sirven para nada, y lo de curar, ¿he acertado?”

“Casi. Es cierto que su base son esas dos técnicas, pero me estuvo explicando las diferencias entre los tipos de barreras que tiene, y resultó ser bastante más interesante de lo que parecía. Las barreras no cubren los dos lados, sólo uno, y el otro se puede atravesar. Entonces hay dos tipos, la normal y la inversa. La normal es la que le hemos visto utilizar habitualmente, cubre el lado exterior para que los ataques externos no puedan atravesar la barrera, pero el lado interior se puede atravesar perfectamente, para que se puedan lanzar ataques desde la retaguardia”.

“¿Te falta mucho? Me está volviendo a entrar sueño.

“Y luego está la inversa, que su mecanismo es al revés. Cubre por el lado interior, puedes atravesar la barrera desde fuera y entrar, pero lo que entra no puede salir. Se queda encerrado dentro hasta que se deshace la barrera. Parece una tontería, pero es muy útil a la hora de capturar prisioneros”.

“Ey, no querrás decir que…”

“Fidel… Convencerte no sirve de nada. Así que voy a detenerte con mis propias manos. Voy a luchar contra ti, voy a vencerte, y después te dejaré encerrado en la barrera inversa que hay dentro del miryoku”.

En ese momento, el caballero del fuego recordó su conversación con Peter de aquella noche en el barco, después de contarle sus intenciones.

>>“Ya veo… Así que estás dispuesto a llegar hasta ese punto… Pero, ¿cómo puedo ayudarte yo?”

>>“Cuando acabe el combate, seguramente Fidel tenga muchas heridas y esté inconsciente. No puedes curarle tú porque entonces se despertaría y habría que combatir otra vez. Necesito una manera en que pueda curarse sin que tú estés delante, para que podamos irnos mientras tanto”.

>>“Mmmm… Puedo hacerlo, no hay problema. Y además, puedo añadir una forma de retenerle hasta que esté curado por completo, ¿qué te parece?”

>>“¡Eso sería fantástico!”

>>“Vale, te explicaré en qué consiste, pero antes de eso, déjame hacerte una pregunta. ¿Estás absolutamente seguro de lo que haces?”

>>“Sí. Tengo que salvar a Fidel, no puedo dejar que acabe muriendo a manos de Mesa. Ya no sólo por mis poderes, también por mí y por él. Ya he visto morir a demasiada gente, y él es la persona más cercana que me queda. Así que lo haré, aunque me cueste mi amistad con él”.

>>“¿Y si pierdes?”

>>“No perderé”.

El dolor del caballero del fuego podía verse en su mirada, ahora apagada al verse obligado a tener que enfrentarse a su mejor amigo. Cerró los ojos un instante para contener las lágrimas, y continuó su explicación.

“Sólo Peter y yo sabíamos mi plan. Cuando te dormiste, reuní a todos en el barco y se lo expliqué al resto. Todos accedieron a ayudarme, y ahora mismo esperan en el barco, jurando que cumplirían la única orden que les di”.

“¿Una orden? ¿Te crees que eres el jefe o qué pasa?”

“La orden que les di fue al siguiente. Debían esperar en el barco a que hubiera un ganador del combate sin intervenir de ningún modo, y el perdedor sería abandonado a su suerte en esta isla”.

“¡¿Abandonado?!”

“¡Vamos, Fidel! ¡Enfréntate a mí! Si me vences, quedará claro que estás en condiciones de vencer a Mesa tú solo. Pero si pierdes, te quedarás encerrado en esta isla hasta que todo acabe. Da igual cuanto tiempo tardes en recuperarte o que intentes huir, sabes que será imposible que llegues a Konoha volando”.

Aquellas revelaciones no sorprendieron demasiado al caballero de la tierra, que se limitó a sonreír en tono sarcástico.

“Así que al final resulta que no eres un mentiroso. Tan sólo eres un flipao con complejo de Dios que se cree que puede decidir por los demás. Pues vale, ¡como quieras! ¡Libraremos un combate! ¡Que ya te tenía ganas! ¡Te aplastaré y demostraré mi superioridad ante todos! Y después… Mesa caerá por fin. Has dicho que no queda nadie en la isla, así que será mejor que no te contengas, porque yo no lo haré”.


Curiosidades!!!


Los miryoku son homenaje a los Dial de One Piece de la isla de Skypiea, en los que se pueden guardar diferentes ataques o efectos, pero no cosas.

El miryoku irregular con forma no esférica que aparece en este capítulo es homenaje a los artefactos de Final Fantasy XIII-2, que sirven para desbloquear nuevas áreas.


Narshe es el pueblo donde comienza Final Fantasy VI

1 comentarios:

Jon dijo...

Muy interesante el capítulo, de los últimos que has hecho, yo diría que el mejor.
La orden que les di fue al siguiente. Debían esperar en el barco a que hubiera un ganador del combate (fue la siguiente)

Un saludo a todos.